Si tú estás bien yo también
Mi felicidad es insípida ante tu desdicha
tan sólo de pensar en que estás sufriendo
se disipa la alegría que pueda haber en mí
porque me dueles, te siento siempre.
Quiero que seas feliz, que disfrutes todo
que aprendas a ver lo positivo en tu vida
y que logres lidiar con tus emociones
me duele cuando sufres en silencio.
Tal vez no dices nada, pero yo lo noto
no eres el mismo, te recluyes en ti mismo
pero todos percibimos que algo no anda bien
y todos nos preocupamos aunque no lo mostremos.
Nos preocupamos porque te queremos
para nosotros eres importante
y cuando vemos que estás bien
nuestra felicidad está completa.
De momento cuando estás en el proceso
debemos mirar a otro lado para dejarte ser
a veces la mejor manera de ayudar
es alejarse un poco y dejarte crecer.
Cualquier problema por difícil que sea
podemos resolverlo si lo dividimos en partes
en pequeños pasos y así poco a poco
podremos vencer lo que al principio parece imposible.
Recuerda que nunca estarás solo en esto
sin importar la distancia que nos separe
te apoyaremos siempre y estaremos para ti
porque somos familia, todos somos uno.
Y sí, nos das una gran felicidad
cuando vemos que superas el paso difícil
cuando te vemos crecer y que estás mejor
entonces si tú estás bien, yo también.
Marcia
29 de enero 2022
Cuando nos duele el dolor ajeno
Buenos días queridos lectores, en éste sabadito medio nublado y con promesa de que salga el sol más tarde desde mi rincón preferido para escribir los saludo.
El día de hoy hablaremos del sufrimiento que experimentamos cuando alguno de nuestros seres queridos está pasando por una situación que le genera sufrimiento y cómo afecta esto a la dinámica de la relación.
Y es que es un círculo vicioso, la persona que está sufriendo tal vez no quiere hacer sufrir a otros y por eso permanece en silencio guardándose para sí mismo su situación actual y el dolor que esto conlleva.
Sin embargo este silencio y este retraimiento es notorio para los demás, quienes silenciosamente se van a preocupar y van a tratar de averiguar qué es lo que está pasando, entonces las dos partes sufren, cada una por separado aunque de diferente manera.
Y ahí es cuando empieza el malestar para ambas partes, ya que esa preocupación empieza a afectar otros momentos de la convivencia y cuando nos miramos mutuamente nos sentimos mal por el otro y también por nosotros mismos siguiendo en ese círculo de negatividad y dolor.
¿Qué podemos hacer?
Una parte importante de toda relación es la confianza.
Se oye muy bonito, pero para crear confianza hay que eliminar el juicio, ese etiquetar a las personas, a los sentimientos y a los sucesos.
Les voy a poner un ejemplo:
Hace muchos años le dije a una persona muy importante para mí que un niño de la escuela quería ser mi novio y ella tajantemente me dijo: -no debes de tener novio- y me mencionó mil y una razones por las cuales no debía de tener novio, incluso me habló de la vida sexual y los problemas que conllevaba, cabe mencionar que yo tenía 8 años.
Después de eso nunca le volví a hablar de mis relaciones.
La confianza es fuerte, pero puede romperse rápido.
Lo que yo no quería era sentirme enjuiciada y culpable por el simple hecho de tener novio a los 8 años, la otra persona me hizo sentir que el tener novio a esa edad era un error imperdonable y que disminuiría mi calidad como persona.
Lo que la otra persona expresó fue su opinión y me enjuició por querer tener novio a los 8 años.
Ahora vayamos al hecho:
¿Qué implicó para mí el tener un novio a los 8 años?
Porque claro que lo hice, aún sin permiso y esto debe de quedar bien claro, el que no estemos de acuerdo con nuestro ser querido no significa que él o ella vayan a cambiar su forma de pensar sólo porque nosotros no pensamos igual.
Manolo me regaló una pulsera, jamás hubo besos o abrazos, duramos algunas semanas y simplemente decíamos que éramos novios.
¿Eso es malo? ¿Merecía ser enjuiciada y regañada por eso?
¿Qué habría pasado si esta persona me hubiera preguntado lo que significaba para mí el tener novio? Sin enjuiciar ni etiquetar.
Ahí les va otro ejemplo: Un joven sufre por cualquier cosa y su papá le dice que es un marica.
Años después quiere salir del clóset pero no se atreve a decir nada, si le dijeron marica por cualquier cosa imaginemos lo que le dirán por salir del clóset.
Juicio total.
El juicio rompe la confianza y si una persona cercana a nosotros se atreve a abrirse para comentarnos de su sufrimiento lo mejor que podemos hacer es callar a la parte que enjuicia en nuestra mente, abrir nuestro entendimiento para entender y preguntar todo lo que debamos saber.
De ahí podemos partir para ayudar, si es que nuestra ayuda es necesaria.
El hecho de que nuestro ser querido esté sufriendo no quiere decir que nosotros debamos resolverle la situación; en ocasiones es él o ella quien debe salir adelante y lo mejor que podemos hacer es estar ahí pero sin intervenir.
Cuando ambas partes nos abrimos y dejamos el juicio de lado sabemos que estamos ahí el uno para el otro siempre dispuestos a ayudar si es necesario y la otra parte está dispuesta a recibir ayuda, eso, mis queridos, fomenta la confianza.
La confianza crece con los años.
Sí, se va desarrollando, la primera vez va a costar trabajo que nuestro ser querido se abra pero después va a ser más fácil y frecuente y las situaciones se resolverán más rápido.
Cualquier situación se resuelve mejor si tenemos ayuda o apoyo moral, esto no quiere decir que no podamos resolver nuestros retos solos y que siempre alguien deba de estar ahí, en ocasiones aunque ya estemos grandes y maduritos las situaciones requieren que pidamos ayuda, podemos aprender esto también, a pedir y a aceptar la ayuda de los demás.
No pasa nada si alguien no nos quiere o puede ayudar.
El pedir no empobrece, dice el dicho y nos podemos sorprender con la respuesta afirmativa de nuestros seres queridos, aparte es muy gratificante pedir ayuda y abrirnos a los demás, practiquémoslo.
Por otro lado, si nuestro ser querido no está en condiciones de ayudarnos eso no quiere decir que no se interese por nosotros o que no pueda apoyar de otra manera, siempre hay un plan b y una y mil maneras de resolver la misma situación.
Eso es todo por hoy queridos lectores, espero que les haya mandado un mensaje la reflexión de hoy y que su fin de semana esté lleno de trabajo en equipo y de felicidad haciendo lo que les gusta ya sea solos o con sus seres queridos.
Con amor
Marcia
29 de enero de 2022
¿A quién hago daño?
Cuando tengo oportunidad de despertar un poco más tarde
veo este espejo con una calcomanía que hizo mi hijo
hermosa frase “what a lovely day”
si, ¿por qué no sería adorable este día?
Tan sólo de pensar en eso me pongo de buenas
el sólo hecho de amanecer otro día ya lo hace hermoso
y lo mejoran más aún los proyectos que tengo planeados
para que ese día sea fabuloso.
Pero hay que empezar con actividades sencillas
esas, que son importantes pero que no notamos
así que con alegría empiezo mi rutina ya saben,
lo primero es lavar los dientes.
Quiero tener una boca limpia para desayunar
no creo hacer daño a nadie con ello
y si decido tomar una ducha
me gusta quedar limpia, suave y oler bien ¿a quién afecto?
Salgo del baño y voy directo a la cocina al desayuno
hay que lavar los trastes, no hago daño a nadie con ello
y más tarde lavaré mi ropa y limpiaré la casa
no veo el daño que pueda hacer con eso, al contrario.
Hasta que un buen día ví un video y lei un artículo
y me di cuenta de la clase de escoria que podemos ser
con tal de ganar unos cuantos pesos más
y con tal de vivir en nuestra comodidad.
En cada sencilla actividad del día a día
los productos que usamos fueron probados en animales
miles de conejitos y demás especies han muerto cruelmente
para que yo me pueda lavar los dientes y oler bien.
Y no es el hecho de que estar limpios sea tan importante
es la acción de con nuestra vida afectar a otros
fue entonces cuando dije “ya no más” alzando la voz
ya no más daño, ya no más venda en los ojos.
Decidí usar la inteligencia que me fue dada
para poner un granito de voluntad
que pudiera proteger a los que no tienen voz
que pudiera hacer un cambio aunque fuera micro.
Mis acciones no dañarán a otros y no ensuciarán mi mundo
decidí investigar y cuando leí la lista tan larga
de marcas que aún hacen estas pruebas
mi corazón se sintió contrito y me ganó la desilusión.
Me sentí tan pequeña en una lucha tan grande
pero ¿qué podía hacer? ¿realmente marcaría un cambio?
¡por supuesto que sí! No me rendí
y seguí buscando.
Yo esperaría más de los grandes, no menos
esperaría más conciencia, más piedad
en fin, hubo que poner manos a la obra
y enseguida busqué opciones viables.
Poco a poco enlistando las necesidades:
dientes, cabello, limpieza, maquillaje
una por una fui cambiando y ahora puedo decir con seguridad
¡Ohhh sí! ¡Este es en verdad un día adorable!
Marcia
22 de enero 2022
No somos tan maravillosos ¿eh?
Buenos días queridos lectores, en este sabadito nublado, hermoso y flojito, inicio de fin de semana en el que queremos ya sea estar en casita consintiéndonos o salir a hacer lo que más nos gusta y aprovechar al máximo con cualquier actividad que nos guste, los saludo.
En esta ocasión vamos a hablar de un tema muy actual relacionado con otro tema no tan actual je je.
No sé cómo nombrarlo, tal vez le pongamos la especie dominante, o la especie protectora, la especie inteligente, mmm ninguno de esos nombres me gusta y les voy a decir por qué.
Me imagino hace muchos muchos años cuando éramos cavernícolas, ahí sí que vivíamos en amistad con la naturaleza, éramos parte de un todo y todas nuestras acciones del día a día eran inocuas para el medio ambiente.
No había desperdicio, y si lo había, lo dejaban en un lugar donde se echaba a perder, se descompone, crea bacterias y esas bacterias crean hongos y esos hongos crean vida nuevamente, el ciclo se repetía una y otra vez.
Comíamos y vestíamos lo que la naturaleza nos daba y todo el ciclo de nuestra vida era natural, éramos amigos de la tierra y de las demás creaturas a nuestro alrededor.
¿Quién nos dijo que somos la especie dominante? ¿O la mejor especie? ¿O la especie protectora?
¿Realmente lo somos?
Digo, no nos vamos a ir etapa por etapa porque nunca acabaríamos, ahora comparemos ese ayer hermoso y natural con nuestro hoy.
Hoy nuestras casas no son eco amigables, empezando por ahí, la ropa que usamos cuando decidimos cambiar de temporada y tirarla va a contaminar, a menos que decidamos regalarla o transformarla para no tener que tirarla.
Si decidimos cambiar todos los muebles de nuestra casa por “cambio de temporada”, los muebles viejos se convierten en basura y desperdiciamos madera, menos arbolitos, a menos que los regalemos a alguien que los necesita y ¿por qué cambiar un mueble que aún sirve y puede ser restaurado en primer lugar?
Cuando no nos terminamos la comida que tenemos se convierte en desperdicio y si no la desechamos apropiadamente y puede derivar en contaminación de nuestro medio ambiente.
Los productos con los que nos lavamos los dientes, nos aseamos, limpiamos la casa y demás, fueron probados en miles de animalitos para que nosotros podamos tener la boca limpia, el cabello y nuestra casa relucientes y estar hermosos y oler bien, podemos alzar la voz y cambiar nuestras marcas por aquellas que son más concientes y respetuosas aunque sí, no lo voy a negar, cuestan más dinero, pero no tanto.
Las peleas entre países por los recursos que unos tienen y otros no y la ambición de los que quieren tener todo genera amenazas y esas amenazas generan guerras y venta de armas y esas guerras generan destrucción de nuestro medio ambiente y muerte de nuestros semejantes, esa destrucción genera migraciones en masa, miles de personas que se quedan sin sus seres queridos y sin su hogar y tienen que ir a vivir a un lugar con un idioma y costumbres desconocidas y aún así vuelven a florecer.
Cuando veo todo esto no puedo evitar el negro pensamiento de que de aquella especie protectora de las demás especies, de aquella especie inteligente y líder no quedó nada, se oye feo, pero así es.
Somos la especie más destructora y dañina del planeta.
A las cosas por su nombre, deberíamos adoptar ese nombre hasta que poco a poco nos ganemos uno nuevo y mejor.
¿Qué tanto destruyo y daño en mi día a día? ¿Cuánto afecta mi comodidad a mi medio ambiente? ¿Qué puedo hacer para revertir esto?
Hay que poner manos a la obra, ya no digamos para los que vienen, para el futuro, revertir el calentamiento global y maravillosamente salvar al mundo, no nos vayamos por lo grande que jamás vamos a resolver, vayámonos por lo pequeño que hoy podemos ir resolviendo y hagámoslo con el propósito de transformarnos de ser la especie más letal del planeta para convertirnos en la persona que en su día a día es amiga del medio ambiente, respetuosa de sus semejantes y de las demás creaturas, simplemente por hacer algo grandioso, como siempre lo hemos hecho.
Eso es todo por hoy queridos lectores, espero que su fin de semana esté lleno de conciencia y de abrir los ojos hacia cómo podemos cooperar para que éste mundo nuestro sea mucho mejor.
Muchas gracias por su constancia de ésta y todas las semanas, los quiero mil y les agradezco mil y una veces.
Con amor
Marcia
22 de enero de 2022
¿Comparad@ con quién?
Si me preguntas ¿Cómo te va?
¿Qué es en lo primero que pienso?
O ¿Cuál es mi respuesta sin siquiera pensarlo?
¿Positiva o negativa?
¿Me estoy enfocando en mis carencias
O en lo que aún tengo?
Pongamos un ejemplo:
cuando era joven pensaba que era demasiado delgada
que me veía mayor para mi edad
que nada de mi ropa me quedaba bien.
Hasta que empecé a comprarme ropa de mi talla
¿Qué quiero decir con esto?
somos demasiado poco o mucho
cuando nos comparamos con algo o alguien.
Bueno sí, pero viéndolo de otra manera
años después ví una foto, era yo, de joven
y me ví hermosa, me sorprendí
porque no me veía a mi misma así entonces.
¿De qué dependía? ¿de los demás?
¿De las circunstancias? ¿o de cómo me veo ahora?
tal vez ahora soy más imparcial
o tal vez me quiero más.
Definitivamente no dependía de los demás
de lo contrario no habría feos seguros de sí mismos
puede ser que las circunstancias influyeran
o puede ser que no me apreciaba como ahora.
El aprecio ¿y eso qué es?
dice el diccionario: “percibir a través de los sentidos”
¿Cómo me percibo ahora? ¿Cómo me percibí entonces?
¿Ha habido cambios en mi percepción?
¿Cuál es el origen de esos cambios?
tal vez ahora tengo menos que ayer
ya no tengo tanta juventud, belleza, vigor, salud.
¿Entonces qué hace que me sienta mejor que entonces?
¿Se puede modificar la percepción?
¡Claro que sí!
Puedo ver el vaso medio lleno o medio vacío
eso lo decido yo.
Marcia
15 de enero 2022
La magia de la percepción
Buenas tardes queridos lectores, en este sabadito alegre y flojo de enero desde el rincón preferido de la casa les escribo.
El día de hoy hablaremos de cómo percibimos todo a nuestro alrededor y de si realmente estamos percibiendo lo que nos va a traer algo positivo.
Todo esto viene de la palabra apreciar, que como el poema lo dice quiere decir percibir a través de los sentidos.
Si lo dejamos hasta ahí suena fácil, simplemente abrimos los ojos, escuchamos, gustamos, olemos y tocamos y ya está.
No mis queridos, no es tan sencillo, porque al final del poema dice que se puede modificar la percepción y eso lo hacemos cuando decidimos hacia dónde enfocaremos nuestros sentidos y ahí la cosa sí que cambia.
Por ejemplo:
Si me preguntan cómo estoy el día de hoy yo les diré que requete bien porque tuve una mega gripa en la semana y ya me había preocupado porque me sentía débil hasta para caminar y ya llevaba desde el domingo sintiéndome mal, en esos días de la semana añoraba hacer todas mis actividades sin estar completamente congestionada todo el tiempo y por fin hoy por la mañana me sentí mejor y pude hacer más cosas y dedicaré el resto del día a descansar para recuperarme y sentirme mejor mañana, al fin que no hay prisa, las cosas van saliendo.
O tal vez les podría responder que estoy muy mal porque apenas me estoy componiendo de la gripa y por tanto se me quedaron varias tareas atrasadas de los días anteriores y que todavía me siento medio mal pero hay que hacer las tareas para evitar que se acumulen más y que me preocupa que vaya a recaer por lo que ya hice y eso que no terminé y al rato me tengo que volver a parar a hacer de comer cuando me debería quedar acostada todo el día y queja queja queja.
Es el mismo suceso: una gripa, vista de diferentes maneras y vivida de diferentes maneras.
Lo importante es ver nuestro hoy de la mejor manera.
¿Qué pasa cuando todo el tiempo vemos el ayer o el mañana mejores que el hoy?
Corremos el riesgo de no darnos cuenta del tesoro que tenemos ahora, tal vez hasta que sea tarde.
Pongamos el ejemplo de la foto, yo todo el tiempo creyéndome fea y extremadamente delgada y cuando me ví a mí misma en esa foto me ví hermosa, era la misma foto entonces y ahora, era la misma yo entonces y ahora ¿Qué cambió?
Cambió la forma en que veo las cosas, ahora me enfoco más en lo positivo y tal vez eso ocasionó que pudiera apreciar mejor mis propios atributos.
Se oye algo confuso pero no lo es tanto, preguntémonos:
¿Mi enfoque en general es un pensamiento de queja o de agradecimiento?
Si estamos enfocados en lo que aún tenemos a pesar de todo, en lo que hemos logrado, por lo que hemos luchado y en cómo hemos moldeado nuestra vida y nuestra percepción podremos apreciar y agradecer con más frecuencia lo que nos da la vida.
Si estamos enfocados en lo que nos hace falta y creemos que la vida es injusta con nosotros y que deberíamos tener más o algo diferente a lo que tenemos ahora entonces es tiempo de pensar qué es lo que quieremos y cómo lo vamos a lograr y también con qué contamos ahora para lograrlo.
Sea cual sea nuestro enfoque nada está perdido, ¿o si?
Eso es todo queridos lectores, como siempre y no me canso, quiero darles las gracias por su amable atención de cada semana.
Espero que en su fin de semana puedan percibir las bellezas de su vida y de las personas que les rodean y que eso les haga muy felices.
Los espero la semana que viene con otra historia interesante.
Con amor.
Marcia
15 de enero de 2022
Lo amargo del perdón
No lo puedo evitar, por más que quiero
perdonar tantos años de abandono
cuando me hacías falta, debiste estar ahí
y preferiste otra clase de compañía.
Sé que no soy perfecta, nadie lo es
así que ¿por qué tendría que serlo yo?
¿Por qué sólo te enfocabas en mis errores?
haciéndome sentir cada vez más pequeña.
¿Por qué todo el tiempo condicionabas tu amor?
lo dabas a cambio de recibir lo que querías
yo sólo quería que me aceptaras como soy
que respetaras mi pensar y trataras de entender.
Preferiste alejarte de mí antes que escucharme
y eso en su momento me partió el alma
tuve que empezar una recuperación que no fue fácil
fueron varios años, hasta el lugar donde estoy ahora.
Ahora tenemos que estar las dos juntas
no nos queda de otra, somos familia
y la situación no es fácil para ninguna de las dos
yo tengo que entender y perdonar.
Pero ¿sabes? Me cuesta tanto trabajo
olvidar mis carencias pasadas
perdonar que todo lo hayas querido controlar
trato de enfocarme en lo positivo.
Y lo negativo siempre se asoma
se suma con mi cansancio y mi poca paciencia
y me hace ser alguien que no quiero
odio mi sentir, mi actitud, mi falta de energía.
En esos momentos me odio a mí misma
por no poder perdonar y seguir adelante
por no poder rescatar lo que aún queda entre nosotras
antes de que sea demasiado tarde.
Yo sólo quería que abrieras tu corazón a mí
y vieras mi lado bueno a pesar de no creer lo mismo que tú
sé que no pasará porque dentro de ti
tal vez piensas que estás en lo correcto y yo no.
Tal vez piensas que diste lo mejor
y que también tienes derecho a tus propias ideas
a pesar de todo y de todos
y yo tengo que resolver esto sola.
Lo voy a hacer aunque sea duro
aunque no pueda decirte mi pensar por temor a lastimarte
ya no es el momento ahora
espero por amor poder olvidar y empezar de nuevo
antes de que sea demasiado tarde.
Marcia
8 de enero de 2022
Cuando el perdón es muy pesado
Buenos días queridos lectores, en esta mañana fresca de sábado cerca del ángel de la independencia los saludo.
Es increíble cómo la vida nos reta a ser mejores a cada paso y nos pone pruebas cada vez más grandes.
El día de hoy hablaremos del perdón.
Tratando de desmenuzar el tema nos podemos dar cuenta, en primer lugar que dependiendo del daño que nos hizo lo que vayamos a perdonar se nos hace más fácil o más difícil perdonar y seguir adelante.
Pero ¿qué pasa cuando el daño es continuo a través de los años y por la cercanía no te puedes apartar de quien te está haciendo daño?
Les diré que en cierto modo me alejé e hice mi vida, moldeándola de la manera como a mí me pareció correcto, evaluando los resultados, no digo que mi vida o mis pensamientos sean perfectos pero me han funcionado para tener una familia en armonía.
Total que durante un tiempo estuve muy bien creciendo y mejorando mi interior, sanando y volviendo a caer de repente.
Y después llega esta prueba en la cual ya no podemos evitar estar separadas aunque queremos diferentes cosas, aunque vemos la vida de diferente manera.
Ahora estamos al contrario, cuando yo era adolescente, se me impuso que si no pensaba de cierta manera me tenía que ir y así lo hice, porque mi corazón rebelde quería ser escuchado y entendido y la otra parte quería cambiarlo y controlarlo.
Sin embargo hoy estamos en mi terreno y las ideas que prevalecen son las mías y de mis hijos, que somos la familia más cercana, cualquiera que se quiera agregar debe respetar aunque no adoptar nuestras ideas, porque no queremos cambiar a nadie, simplemente ser respetados.
Sin embargo de repente salen ciertos vestigios de lo que fue lo anterior, ese control, la manipulación, se oye feo, pero seamos honestos, hay costumbres muy arraigadas que cuesta trabajo quitar y cuando alguien se acostumbra a manipular y controlar es difícil que lo deje de hacer, sobre todo cuando estuvo en una posición de poder durante tanto tiempo.
Las dos estamos en una posición de poder ahora y no funcionaremos sin la otra parte, pero una tiene que ser la más conciente y por el momento esa soy yo.
Los sentimientos negativos reprimidos e ignorados durante largo tiempo salen a flote y me traicionan, junto con lo difícil que es la situación.
Yo quisiera ser una heroína y estar siempre sonriente y diligente ante esto a pesar de todo, quisiera actuar fríamente ante lo que me lastima, pero esa no soy yo.
Y todo esto que sucede me trae impaciencia, desesperación, depresiones y lágrimas de dolor para poder sacar lo que estoy sintiendo y que no puedo expresar, me apoyo con los que me pueden escuchar, mis hijos y mi esposo y eso me hace fuerte en el día a día, no quiero ser esto tampoco, un manojo de nervios y de cansancio.
Y en estos momentos es cuando perdonar no es bonito pero es necesario, para curar todo aquello que hizo daño pero que ya pasó y ya sólo puede causar molestia, pequeña o grande, depende si la dejamos crecer o no.
Quiero, para este año nuevo ser más fuerte para poder marcar límites y llevar una relación más sana; más paciente y empática para ponerme en el lugar de los demás y moderar así mi comportamiento impulsivo y más alegre, para que mi luz no se extinga frente a las situaciones adversas.
Quiero disfrutar mi vida a pesar de todo, seguir enfocada en lo positivo y ver lo grandioso de esta situación como lo debí ver desde un principio.
Agradecer por las oportunidades que se asoman detrás de estos retos, mientras más grande el reto, más grande la oportunidad.
Y de una vez por todas, vencer a la amargura que hay dentro de mí, perdonar y dejar ir.
Tal vez mis propósitos de año nuevo son muy ambiciosos pero quien pide más, obtiene más.
Eso es todo por hoy queridos lectores, les agradezco infinito su compañía de cada semana.
Deseo para ustedes que tengan un excelente año 2022 lleno de bendiciones, amor y salud y que sus propósitos se vayan cumpliendo uno a uno haciendo su vida más feliz.
Con amor
Marcia
8 de enero 2022