¿Cómo iba a pedírtelo?
si te enseñaron a callar todo el tiempo
y a cambiar la verdad
por algo más conveniente.
Las palabras correctas en el momento eran:
insoportable, doloroso, urgente, ayuda
y tú mientras tanto decías
¡Estoy bien! Ya me recomendaron algo.
¿Cómo pedir que te expresaras?
cuando toda tu vida
fuiste callada y tu voz ignorada
actuaste acorde con las etiquetas que te pusieron.
Dos años después de ti
padeciendo de lo mismo
me doy cuenta que te pensé frágil y derrotada
cuando en realidad fuiste valiente y fuerte.
Soportaste durante años lo que yo en días
ya no puedo aguantar más
y eso me ayuda a estar más cerca de ti
a pesar de que ya te hayas ido.
No importa, para mi eres eterna
aunque ya estés en otro plano
y cada vez que te entiendo más
no puedo sino admirarte y amarte más.
Fuiste siempre mi estrella en el cielo,
aún lo eres, no me canso de decirlo
ahora conozco algo más de ti
que no me dijiste, tú sabrás porqué.
No es demasiado tarde
para alimentar tu recuerdo
con vestigios positivos
de lo que fue tu existencia.
Me hubiera encantado que nos comunicáramos mejor
pero el hubiera no existe
hay lo que hay
y con eso hay que vivir.
Sólo queda el aprendizaje para la vida
usar mejor mis palabras
y mejorar mi escucha
para lograr una mejor comunicación.
Marcia
16 de febrero 2025
Bueeeeeeenas tardes mis querides lectores, les saludo en este dominguito de recuperación desde mi rincón favorito para escribir agradeciendo por sentirme mucho mejor que hace unos días, el lunes de esta semana escribir en el blog habría sido un verdadero suplicio.
Han de saber ustedes que el lunes de hace ya casi dos semanas tuve una lesión haciendo yoga, la cual atendí rápidamente para poder ir a nadar a las estacas, derivado de esa lesión a finales de la semana pasada y durante esta semana me duele el brazo derecho y de repente lo siento dormido, tuve una junta del trabajo de tres días, por lo cual pospuse mi visita al doctor, el jueves que por fin ya pude ir, el dolor era bastante molesto y el hormigueo estaba presente todo el tiempo, por lo cual estaba preocupada por no saber si se solucionaría esta situación en el corto plazo, ya que realmente me sentía mal.
Recordé que mamá sufrió de lo mismo, de hecho ella estuvo durante un año con la molestia porque escuchaba los consejos de una amistad y de otra sobre qué hacer para sentirse mejor y eso la hizo perder tiempo precioso; cuando ya no pudo más, acudió a mi y la empecé a llevar con especialistas particulares para que el proceso de recuperación fuera más rápido, recuerdo que se quejaba del dolor del brazo que sentía todo el tiempo, ella era muy paciente y comprensiva; veía que yo me repartía entre levantarme temprano a atenderla, hacer ejercicio para estar en buena forma para ella, llevarla a sus terapias y trabajar y con trabajos lograba estar al día en todas las tareas de darle de comer, bañarla y demás, durante toda su vida trató de “no dar problemas”, como ella le decía, siempre fue muy independiente y fue hasta que aceptó que ya no podía valerse por sí misma que se vio obligada a pedir ayuda.
A mi me hubiera gustado que pidiera mi ayuda antes, tal vez las cosas habrían sido diferentes, el hecho es que cuando me llamaba, yo siempre estaba ahí para ella y esa no fue la excepción; al final recibí el regalo de pasar más tiempo con ella y de conciliar nuestras diferencias, de luchar juntas contra el mundo en esa difícil situación y de sentir que no estaba siendo valiente sola, como siempre lo había hecho, al final la sentí realmente junto a mi, pero pienso que ese regalo le salió muy caro y lo pagó con sufrimiento.
Se quedaron en el aire cosas que aún no entiendo, este dolor en mi brazo derecho y éste hormigueo me acercan más a lo que ella vivió y me hacen admirarla más, admirar la fortaleza y la valentía que tuvo al soportar todo lo que tuvo que vivir, los estudios con contraste, el no poder respirar de repente, el dolor constante, el no poderse mover, el letargo provocado por el medicamento, realmente no fue fácil y yo no entendía la magnitud de lo que ella sentía porque nunca me lo explicó realmente.
Yo recibía constantes regaños de las terapeutas porque había muchas cosas que yo no sabía, como que la inactividad te atrofia los músculos y que tienes que masajearlos para que no se echen a perder, entre otras cosas, cada consulta era un regaño por algo que yo estaba haciendo mal, por algo que no había notado o por algo que no había hecho.
Había muchas cosas que mamá sentía que yo no dimensionaba, con mi experiencia de los últimos días entiendo un veinte por ciento de lo que ella vivió , lo demás sigue siendo un total misterio, tal vez mamá no hablaba porque estaba cansada de soportar dolor todo el tiempo, realmente nunca lo sabré y eso ya no me quita el sueño como antes.
¿A qué voy con todo esto?
La comunicación es responsabilidad de todos
Podemos tener un amor inmenso por los seres que amamos, nos podemos desvivir por ellos, hacer lo que consideramos necesario y hasta más, cruzar límites, ser valientes, pero eso no va a valer de nada si no es lo que el ser amado necesita que hagamos y podemos ser los más empáticos pero siempre hay cosas que no alcanzaremos a entender por mucho empeño que pongamos, como lo que pasó con mamá, todo el amor del mundo no bastaba si ella no usaba sus palabras.
Es responsabilidad de la persona que recibe amor saber usar sus palabras para expresar lo que siente y de la persona que da amor saber escuchar lo que el otro necesita, la comunicación nunca es unilateral.
Muchas cosas habrían sido diferentes si mamá y yo nos hubiéramos comunicado mejor y ese es el aprendizaje que me queda, el viernes uno de mis hijos me preguntó en la mañana cómo me sentía, yo le contesté: “me siento mejor” al menos ya no tengo ese dolor y hormigueo insoportables todo el tiempo” el usar mis palabras me ayuda a que mis hijos me entiendan mejor y sepan cuando es el momento correcto de ofrecerme su ayuda.
Usemos adjetivos, los más que podamos.
Es como cuando vamos al doctor y nos pregunta: “del uno al diez ¿Cuánto le duele?” entre más adjetivos usemos, mejor nos van a entender nuestros seres amados y será más probable que actúen en consecuencia, si nos quedamos callados para los demás será imposible adivinar cómo nos sentimos y mucho menos lo que necesitamos de ellos y no se vale culparles después si no nos dimos a entender previamente.
Esperemos que entre las parejas se acabe la costumbre de diálogos unilaterales forzados como: - “¿qué tienes?” – “nada” – “no parece nada” –“ya te dije que no tengo nada” que no llevan a ningún lado, podemos sustituirlos por un estoy confundidx, me siento enojadx pero no quiero decir algo de lo que después me pueda arrepentir, así que dame tiempo para ordenar mis ideas.
Hablemos de lo que pasa dentro de nuestro corazón y el mundo cambiará, lograremos relaciones más estrechas y claras con nuestros seres amados y nos sentiremos más en paz y felices, estimulemos esa comunicación para que realmente se convierta en pilar del amor, nunca asumamos, preguntemos, así el rencor y la incertidumbre desaparecerán y el amor crecerá.
Esto es todo mis querides lectores, les agradezco infinito su asistencia a este su blog de cada semana y los espero la semana que viene con otra historia que nos haga pensar, sentir y aprender.
Espero que en su semana puedan mejorar su comunicación con sus seres queridos y que empiecen a disfrutar los múltiples beneficios que nos da éste hábito.
Sean felices, como unas parlanchinas y atentas lombrices.
Con amor
Marcia
16 de febrero 2025
¿Qué es el amor?
El amor es sacrificio, decían unos
no creo que uno deba perder algo
para amar.
El amor es dar incondicionalmente,
es de todos sabido
que eso no sucede en realidad.
El amor es olvidarse de uno mismo
¿realmente debo darme el último lugar
para poder amar?.
Entonces si no implica sacrificio,
ni ser desinteresado, ni olvidarnos
¿qué implica el amor?.
El amor empieza por uno mismo
si no sabemos aceptarnos y amarnos
¿cómo aceptaremos y amaremos a alguien más?
El amor va más allá, no tiene límites
y no podemos encapsularlo
ni atraparlo en un solo lugar.
Se presenta en formas inimaginables
y muy variadas, por cierto,
y en los momentos menos pensados.
Es el único sentimiento que siempre crece
y florece y depende de nosotros
para vivir.
Es muy noble y se da en las condiciones
más difíciles de la vida
nos hace fuertes y valientes.
Día a día celebramos el amor,
a veces sin darnos cuenta
gracias a él nunca estamos solos realmente.
Así como no lo podemos definir ni atrapar,
tampoco lo podemos simbolizar o regalar,
sólo hay que ser auténticos y honestos en su presencia.
Es muy inherente al ser humano
la mercadotecnia ha tratado de atraparlo
y casi lo logra.
Pero el amor se rebela, nos abre los ojos
y nos hace entender su fragilidad
y lo que seriamos sin tenerlo.
No sólo el 14 de febrero recordemos al amor,
sino todos los días de nuestra vida
descubrámoslo a nuestro alrededor.
Vivamos el amor ¡seamos amor!
y todo se tornara distinto y mejor.
Marcia
9 de febrero 2025
Bueeeeeenas tardes querides lectores, les saludo en este dominguito de descanso reparador desde mi rincón favorito para escribir y justo antes del súper bowl en el que esperamos que gane el equipo que juegue mejor y no el que los árbitros o el que las negociaciones quieran.
Antes que nada quiero felicitar a todos los valientes nadadoras y nadadores que fueron a las estacas el día de ayer a nadar en el río, pude ver en las listas de tiempos de los hits a participantes desde los cuatro años de edad hasta más de setenta años, una de las cosas sorprendentes de la natación es que la puedes practicar a cualquier edad y con cualquier padecimiento, en fin que ayer nadamos, unos con la corriente y la mayoría contra corriente un kilómetro en el río, logrando captar memorias hermosas de nuestro contacto con la naturaleza y gracias a mi hijo David, imágenes hermosas también, muchas felicidades a las guerreras y guerreros que tuvieron la iniciativa de vivir esta aventura que perdurará por mucho tiempo en nuestras memorias y muchas felicidades a todas y todos por su esfuerzo.
Ahora sí, volvamos al tema del amor, es un hecho que nadie nos enseña a amar, ni las reglas del amor tampoco, las vamos aprendiendo con el tiempo y eso si es que realmente tiene reglas.
El amor es tan diverso, tan libre, que se puede presentar en muchas formas diferentes, todos amamos en algún momento de nuestra vida, incluso sin darnos cuenta.
El amor es algo tan elemental y sencillo que nos acompaña desde que nacemos, empezamos, sin darnos cuenta, amando a la persona que nos dio la vida y después amando a quienes nos cuidan; conforme crecemos, nuestro círculo de amor se extiende y nos hace amar a quienes comparten nuestra existencia, nuestros hermanos y amigos, durante ese crecer también aprendemos a amar lugares, sabores, colores y sonidos que nuestros sentidos captan, empezamos a amar a las demás creaturas de la creación y sin darnos cuenta nuestra vida se rodea más y más de ese amor que nunca muere.
El sentimiento siempre está ahí, nosotros mismos somos amor sin saberlo, está dentro de todos y a nuestro alrededor, sólo que a veces le gusta vivir en las cosas y situaciones más simples y por eso lo perdemos de vista de repente.
A veces sentimos su abandono cuando los demás no reaccionan de la manera que queremos y es que, como nadie nos enseña a amar, cada quien tiene su manera de querer y no siempre la manera de amar concuerda con lo que quiere recibir el ser amado, es como cuando amamos tanto a alguien que terminamos lastimando a esa persona.
Recuerdo una vez que llevaba a mi mamá a consulta cuando aún podía caminar, de hecho los doctores decían que caminar le hacía bien, aquella vez estacioné el carro a unos 150 metros del consultorio e íbamos caminando lentamente por la calle, cual fue mi sorpresa, que de la nada, las dos piernas le fallaron y se fue de lado, cayendo y horrorizada vi cómo su cabeza rebotó contra el suelo, me sentía tan mal por ver a la persona más preciada en mi vida tan frágil que mi primer impulso fue levantar su cabeza y abrazarla fuertemente ahí en el suelo, en señal de protección, de repente escucho la voz de mi mamá que me dice, me estas asfixiando, pide ayuda.
Sin darme cuenta la abracé tan fuerte que la estaba lastimando, ¿Cuántas veces nos ha pasado que no nos damos cuenta cuando lastimamos al ser amado?, la percepción siempre es diferente escuchando las dos partes de la historia, no es la misma vivencia la de quien se cayó y sufrió que la de quien quiso ayudar a reparar el daño.
Eso es una de las cosas que necesitamos aprender en nuestro camino del amor, a ponernos en los zapatos de la otra persona, abrir nuestros oídos, nuestro entendimiento y nuestro corazón hasta que podamos entender o aunque sea imaginarnos lo que la otra persona está sintiendo.
En una sociedad de: “calladita te ves más bonita” y “los hombres no deben llorar” esto se convierte en un verdadero reto, a la mayoría no nos enseñaron a usar nuestras palabras para describir el volcán qué llevamos dentro y que de vez en cuando quiere explotar arrasando con nuestra paciencia, nuestra tolerancia y muy probablemente haciendo daño a quien se encuentre cerca.
Por eso, la primera reacción ante nuestro malestar cuando alguien nos hiciera daño tendría que ser idealmente decir concretamente el origen de nuestra molestia, sin embargo volvemos a lo mismo, vivimos en una sociedad de “¡Ya supéralo! No seas llorón o llorona pero ¿cómo se supone que lo vamos a superar? ¿Quién me enseña el uno, dos tres para recuperarme del daño que me haga alguien? O ¿quién me enseña a superar mis ansiedades, resolver mis enojos y mis inseguridades? ¿Quién es responsable de mostrarme el camino del amor hacia mi persona? ¿Quién debe enseñarme cómo evitar lastimar a los demás?.
En teoría todo eso debería aprenderse en el seno familiar, pero el mundo de “eres una floja o un flojo” “a tu edad yo ya hacía esto o aquello” y de “es tu obligación “ nos crea imágenes falsas de nosotros mismos y de quienes nos rodean y nos impide ver la verdadera razón y origen de los sentimientos más trascendentales en nuestra vida.
Y entre todos estos dimes y diretes, entre todas éstas etiquetas y tradiciones tengo la tristeza de informarles que vivimos en un mundo sin amor, en el cual es más fácil imaginar lo peor que confiar, dividir que preservar la unión y etiquetar que aprender a escuchar, no sabemos comunicarnos, ni expresar lo que sentimos porque no nos lo permitían y por supuesto nadie nos enseñó a hacerlo y esto, mis querides, puede hacer que el amor de repente se nos pierda de vista, aunque lo tengamos ahí, tan cerca que hasta lo podamos tocar.
No todo está perdido, siempre podemos volver al camino del amor, reparar viejas heridas, trabajar en nuestro ser y en nuestra comunicación con quien nos importa, siempre y cuando lo queramos, podemos aprender a vivir en amor, vale la pena intentarlo, primero por uno mismo y luego por quien nos rodea, así celebraremos el amor en cada momento, cada día de nuestra existencia y no sólo cuando la mercadotecnia nos lo recuerde.
Eso es todo por hoy mis querides, les deseo que puedan descubrir el amor en su vida, que sean amor también y que vivan el amor.
Sean felices como unas amantes lombrices.
Con amor
Marcia
9 de febrero 2025