Hay penas comunes
como que te vean sin maquillar
sobre todo después de una noche de desvelo
son vergüenzas que no hacen daño a nadie.
La más importante de las vergüenzas
es la que me hace daño a mi
que corroe mis entrañas
y me hace sentir incómoda conmigo misma.
Como que mi cuerpo, ésta cobija natural
no fuera mi mejor refugio en éste momento
y como si por la vergüenza
me viera obligada a salir a buscar refugio.
Pero ¿Qué es la vergüenza?
¿Por qué genera tal incomodidad?
la vergüenza es la pérdida de dignidad
y puede venir de afuera o de adentro.
Pérdida de dignidad, se oye serio, importante
ya veo por qué genera incomodidad
con uno mismo
y la puedo causar yo u otros a mi alrededor.
Puedo lidiar con la vergüenza que me causan otros
con las burlas, los regaños, las quejas de mi persona
eso no me afecta tanto
entonces ¿cuáles son mis mayores vergüenzas?
Me avergüenzo del momento en que a sabiendas lastimé
de cuando sentí envidia por los demás sin motivo
el día en que pude ayudar y sin embargo pasé de largo
el momento en que miré a otro lado al pasar de una injusticia.
Me avergüenzo de todo aquello que cometí a propósito
a sabiendas de que estaba mal, de acuerdo con mi rango moral
de lo que dejé pasar a pesar de mis creencias
y eso me hizo valer menos ante mis propios ojos.
Me avergüenza y me da pena de mí misma
el no haber aprendido, el haber caído una vez más,
cometido otro error, mirar por encima de mi hombro
cuando sé que nadie debe ser etiquetado.
Me avergüenzo del rencor que sentí hacia otros
cuando me había esforzado por mejorar mi interior
esa vergüenza viene de dentro hacia afuera y es la peor,
pero también la solución viene de dentro hacia afuera.
Y es la misma vergüenza, la que me impulsa a cambiar
a pedir perdón, a perdonarme a mí misma
corregir el camino de acuerdo con mis ideales
y seguir en la intención de hacer lo correcto.
Es la vergüenza de mí, el juzgarme tan duro,
la incomodidad
la que me hace salir a buscar una mejor yo
lo importante no es, la vergüenza sí, sino lo que hago con ella.
Marcia
18 de junio 2023
Buenos días mis queridas y queridos lectores y lectoras, les saludo en éste dominguito tranquilo y medio calurosito de día del padre, desde mi rincón favorito para escribir.
Antes que nada quiero felicitar a todos los papis, ya sea naturales o de la vida, pásenla muy festejados y muy queridos por su familia.
Un papá nos enseña el camino, pero a veces no queremos aprender, nos impulsa a ser mejores personas, trabaja en silencio por nuestro bienestar y nos hace sentir que somos lo más importante para ellos.
Tal vez no sean tan expresivos como las mamás pero no significa que sientan menos, que se comprometan menos, que amen menos, no pueden llevarnos en su vientre, pero por amor y por proteger a su familia si pudieran lo harían, llegan hasta los confines más remotos con tal de proteger a sus hijos y a su familia en general.
Trabajan largas horas con una energía inagotable para darnos la mejor calidad de vida, tal vez no tengan un papel protagónico en la diaria dinámica familiar pero son los que proveen y propician las condiciones para que la película pueda realizarse, sin su participación en el día a día nuestra vida sería completamente diferente; y así se pasan los años, hasta que entendemos el verdadero sentido de tener un padre, de ser un padre, aquel personaje silencioso y protector que casi sin sentirlo influye definitivamente en nuestra vida con su manera tan especial de demostrarnos su amor, callado pero inagotable, discreto pero implacable.
Gracias a todos nuestros amados papis por existir y por tener ese inmenso amor por nosotros y por queriendo o sin querer, enriquecer nuestras vidas.
Ahora sí, vamos al tema que nos ocupa el día de hoy, han de saber que éste tema surge precisamente de un momento de vergüenza de nuestra escritora, o sea yo, de esos momentos que te crea una incomodidad que no puedes ni dormir por estar dando vueltas a asunto.
Tuve una encrucijada en la semana en la cual me vi de pronto enfrentada con las personas de mi pasado, aquellas de las que en un momento me deshice porque no traían nada positivo a mi vida, o al menos eso pensaba.
Al analizar éste tipo de pensamientos que estaba teniendo me di cuenta de haber caído en lo que yo misma evito, etiquetar a los demás, porque si yo pasé por un proceso de mejora de mi propio yo y de mi vida, los demás también pudieron haberlo hecho, o tal vez no, pero yo no soy nadie para juzgarlos y mucho menos criticarlos, mi primer sentimiento me posicionaba en un lugar superior a ellos, cuando la realidad era exactamente lo contrario.
Ésta actitud me hizo avergonzarme de mí misma, de no seguir mis propias creencias de ética hacia los demás, precisamente ese sentir de rencor no iba con mi yo actual, con la vida y la energía que he creado a mi alrededor, la vergüenza me creaba una gran incomodidad, ese sentimiento de no estar bien en tu propia piel, así que decidí hacer algo al respecto, en realidad no tuve oportunidad todavía de hacer nada porque las circunstancias externas no se prestaron para ello, pero cambié mi actitud, me di cuenta de mi error y puse manos a la obra para solucionarlo.
Afortunadamente no había actuado ni en pro ni en contra y el solucionar mi equivocación fue de lo más fácil, sin embargo cuando éstos errores van seguidos de una actitud impetuosa e irreflexiva y nuestras acciones nos entierran hasta el fondo es más difícil corregirlos, en el transcurso podemos dañar a los demás, traicionarnos a nosotros mismos y arrasar en un momento con lo que hemos construido por años.
Lo que agrava la situación es el hecho de no buscar una solución pronta, de repente duele aceptar nuestro error, duele vernos menos dignos, menos valiosos ante nuestros propios ojos y si ésta vergüenza perdura, imagínense lo que puede causar a nuestro amado interior; imagínense ésta sensación de incomodidad día tras día, mes tras mes, en todo momento como gota constante de agua que no cesa sin importar qué, plop, plop, plop, plop, sin parar y que nos enloquece con su insistencia, hasta que tengamos el valor de enfrentar nuestro propio error y cambiar las cosas, de repente se calcifica la coraza alrededor de nuestro corazón, buscamos excusas para justificar nuestra actitud echando la culpa sobre otros, para protegernos del dolor inevitable de esa incomodidad tan terrible que crece con cada minuto, plop, plop, plop…. ¡Plop!.
Bendita vergüenza que me carcome por dentro y me obliga a actuar en consecuencia, que me hace voltear y ver de frente lo que siento está mal pero que no quiero enfrentar porque significaría, que al menos por un momento, reconozco que no soy tan maravilloso o maravillosa como día tras día he creído hasta ahora.
Eso es todo por hoy mis queridos, les agradezco infinito su asistencia a esta su casa y su constancia de cada semana, espero que su fin de semana esté lleno de celebración por el día de nuestros papis queridos que hacen nuestra vida mil veces mejor y de reflexión acerca de nuestras propias vergüenzas y lo que queremos hacer al respecto.
Los espero la semana que viene con otra historia que nos haga sentir y pensar, sean felices como lombrices, que para eso estamos aquí.
Con amor
Marcia
18 de junio 2023
Al principio no tenía nada
pero un día imaginé
que iba a lograr lo que me propuse
y pensamiento tras pensamiento se hizo realidad.
Tuve mucho que aprender en el proceso
y fue mucho tiempo invertido
pero valió la pena el esfuerzo
el enfoque de mi mente dio el resultado esperado.
Después vino la época del trabajo
mis primeras experiencias no fueron fáciles
pero mis ganas de aprender eran tan fuertes
que los obstáculos no fueron tan difíciles de vencer.
En mi casa imaginé un día un jardín
y día tras día se hizo realidad
imaginé una vez una habitación que no había,
proyectos, ideas, que de la nada se hicieron realidad.
Paso a paso, poco a poco, diseñando, planeando
dándole color a mi propia vida
con ayuda de mi mente lo he podido hacer
y las metas no se terminan nunca.
Me imaginé nadando sin parar
una respiración tras otra, una brazada, una patada
hasta que el tiempo se cumplió
y la meta se cumplió una vez más.
Concentrada en mi objetivo del día
del mes, en mi objetivo de vida
sin perder de vista lo más importante
la familia, la salud, la felicidad del día a día.
Y la vida no alcanzará para tantos proyectos
para las recompensas del esfuerzo realizado
y la felicidad que esto conlleva,
¡no cabe duda que crecer es grandioso!.
Marcia
11 de junio 2023
Buenas noches mis queridos lectores, en este domingo súper caluroso los saludo desde mi lugar ergonómico para escribir; es bueno de vez en cuando cambiar de aires, aunque sólo sea dentro de la misma casa, de repente se siente uno diferente tan sólo por el hecho de estar escribiendo en un lugar diferente.
El día de hoy quiero comentarles de un tesoro que todos tenemos desde que nacemos y ese es nuestra mente, nuestros pensamientos pueden ser tan poderosos que nos pueden llevar a lugares insospechados o también nos pueden hundir en la tristeza y la desesperanza, pero empecemos por el principio.
Es muy cierto que muchos de nuestros pensamientos dependen de el entorno que nos rodea, tal vez ya conozcan esta historia o se les haga familiar, pero es muy buena para ejemplificar la manera en la que un pensamiento bueno o malo puede influir en el resultado final:
Había una vez una rana que se cayó en el fondo de un pozo, las demás ranas se dieron cuenta y estaban en la orilla del pozo, pero al verlo tan profundo jamás creyeron que la rana lograría salir por lo que le empezaron a gritar “ya deja de intentarlo” “jamás podrás salir de ese pozo y te puedes lastimar” una y otra vez le gritaban y la rana una y otra vez seguía intentando saltar, hasta que de manera asombrosa da un salto tan increíble que la catapulta hacia afuera del pozo.
Las demás ranas estaban sorprendidas y felices por el resultado y la rana que se veía libre por fin, les agradeció por sus gritos de aliento, resulta que la rana atrapada dentro del pozo estaba sorda y creyó que las demás la impulsaban a seguir adelante.
Podemos ver en el ejemplo que en la historia hay dos pensamientos completamente opuestos que llevan a resultados completamente diferentes, podemos hacer grandes cosas con nuestra mente, concentrando nuestro esfuerzo y nuestras ideas hacia un objetivo y así uno tras otro se irán sucediendo los logros.
Hace unos meses iba a participar en un acuatlón en el cual tenía que nadar 750 metros y después recorrer 8 kilómetros en la bicicleta, siendo sincera, no me sentía lista ya que empecé a nadar de nuevo apenas en noviembre del año pasado, después de no haber nadado en más de diez años y nunca había sido tan constante con la natación como lo soy ahora, poco antes de la competencia tuve un problema en ambas rodillas y las dos estaban inflamadas, lo cual me impidió participar el día de la competencia, fue un respiro no competir ese día ya que mentalmente tenia mucho miedo; sin embargo cuando la supervisora me ofreció darme mi playera de la competencia decidí hacer primero la competencia y luego recibir la playera de participación, terminé haciendo los 750 metros nadando en 24 minutos y los 8 kilómetros de bicicleta en 16 minutos 58 segundos.
Cabe mencionar que durante las noches cuando podía ensimismarme más en mis pensamientos pensaba en una estrategia para poder nadar 750 metros sin perder el ritmo y respirando bien para aguantar sin detenerme, era lo que más miedo me daba ya que a veces es necesario detenerse para poder respirar, sientes la presión del agua y pareciera que los pulmones no pueden llenarse o vaciarse bien del todo y los nervios no ayudan, provocando que empiece uno a respirar desordenadamente y a desesperarse; en una de las clases decidí probar una respiración y una brazada para no cansarme tanto y poder aguantar toda la competencia, esto me resultó muy bien y me dio más confianza, también me dieron oportunidad de nadar de diferentes estilos, así que me mentalicé para aguantar lo más que pudiera de crawl, seguir con dorso y si ya no podía seguir, terminar con pecho lo menos posible, ya que es el estilo más lento e iba a afectar mi tiempo final.
El día de la competencia nadé 175 metros de crawl, lo demás de dorso y la vuelta final de pecho, salí de la alberca con fuerza suficiente para hacer los 8 kilómetros de bicicleta y al final la euforia de la competencia terminada hizo que el recibir mi playera y mi medalla de participación fuera una verdadera celebración.
Mientras estaba en la alberca pensaba: tranquila, concéntrate en la respiración, una brazada y una respiración, si te cansas puedes dar dos respiraciones en la orilla y luego continuar, los primeros 200 metros son las que más me cuestan trabajo siempre, después empiezo a tomar ritmo y lo más importante es que vuelta tras vuelta cada vez estaba más cerca de mi objetivo, cuando pasas de la mitad empieza la cuenta regresiva y sientes que vas de bajada, ya con buen ritmo tanto en el nado como en la respiración y completamente concentrada en mi objetivo sabía que lo lograría, mi primer competencia de ese tipo e iba a salir victoriosa, porque lo que importa no es el tiempo, no es ser la más rápida, la más fuerte, es simplemente lograr lo que antes en la vida no había hecho.
En la vida las cosas suceden igual, estudiamos una carrera convencidos de que podemos terminar, buscamos un trabajo convencidos de que vamos a ser empleados valiosos, aprendemos con el tiempo y cada vez los desafíos son más grandes y crecemos más y más, nos superamos a nosotros mismos día a día, hasta pareciera que venciéramos los retos automáticamente y sin esfuerzo y de vez en cuando viene un reto superior que nos hace sentirnos como aquella pequeña rana atrapada en un gran pozo y de repente sucede que damos un salto magistral y sorprendente, gracias a nuestra concentración, a nuestro esfuerzo y a la grandeza que todos llevamos dentro.
No lo duden nunca, estamos destinados a hacer grandes cosas, siempre y cuando confiemos en nuestro propio potencial, que es infinito.
Eso fue todo por hoy mis queridos, espero que les haya gustado nuestra reflexión de hoy y échenme porras para el maratón en el que estoy participando, ya les contaré el resultado, por ahora llevo tres sesiones de media hora de nado con aletas y me faltan otras siete, es maravilloso el superar todo tipo de retos, la vida se vuelve más feliz y placentera.
Espero que encuentren dentro de ustedes el maravilloso potencial para superar los retos de su vida y que esto les haga seres más felices y victoriosos.
Los espero la semana que viene con otra historia que nos haga pensar y les agradezco infinito su visita semanal a ésta su casa.
Con amor
Marcia
11 de junio de 2023
Todos la queremos y cuando la tenemos
no nos damos cuenta porque casi no sabe
es imperceptible, sutil, respirar esa tranquilidad
de que nada pase, no haya novedad.
Algunos no la soportan y buscan por todos los medios
volver a tener adrenalina en su vida
y esa vida pacífica nos hace actuar sin pensar
y de vez en cuando cometer locuras que causan dolor.
Otros, mejor adaptados a ella
aceptan la vida en calma, sin sobresaltos
y aprenden a convivir con ella a su lado
hasta que algo inesperado turbe esa paz.
¿Qué significa un período de paz?
¿Qué ya nos adaptamos a nuestro entorno actual?
¿Qué algo malo está por venir?
tal vez que simplemente merecemos un respiro.
Para ver lo que hay a nuestro alrededor
y apreciarlo, disfrutarlo de veras,
este momento, éstas personas,
la vida como es ahora.
He llegado a pensar
que en vez de ser un preludio de calamidad
es algo que simplemente sucede
y tenemos la oportunidad de disfrutar.
Disfrutemos mientras está ahí
y cuando lleguen los retos estaremos listos
para enfrentarlos una vez más
y ser más fuertes y mejores que ayer.
Marcia
4 de junio 2023
Acostumbrados a los problemas
Buenas noches mis queridos ¿qué dijeron? Marcia no ha publicado este fin de semana, estaba gozando de un merecido descanso, de una merecida paz y aterrizando muchos pensamientos y sentimientos de sucesos que pasaron en el último año, pero aquí estoy de regreso como cada fin de semana para comentar durante unos minutos mis impresiones de la semana.
El día de hoy no teníamos tema a decir verdad, de repente sucede, a veces los ojos de un escritor, en este caso escritora, están ciegos ante lo que pasa alrededor y simplemente nos dedicamos a no pensar en nada.
El hecho de no pensar en nada, de no tener que preocuparnos por nada, de que nada nos duela nos causa esa paz que siempre anhelamos en tiempos turbulentos, es como una recompensa por haber resuelto los retos y por haber hecho los deberes.
El hecho de que hagamos lo que nos corresponde hacer nos da esos maravillosos momentos de descanso, de paz, los cuales también hay que disfrutar.
En ocasiones sentimos que si no estamos haciendo algo no somos productivos, somos como inútiles y no nos sentimos merecedores de ese descanso, de no hacer ni pensar en nada.
Todo en algún momento necesitamos descansar, y no me refiero a dormir de 6 a 8 horas y después estar activos sin descanso hasta que llega la hora de dormir de nuevo, necesitamos aparte de descansar nuestro cuerpo descansar nuestra mente, hacer cosas divertidas, gastar el tiempo en pasatiempos o simplemente no hacer nada.
¿Se puede estar sin pensar en nada?
¡Claro que se puede! Esa satisfacción del todo ya realizado, al menos por el momento nos da la oportunidad de no tener preocupaciones, de que nuestra mente esté libre de todo pensamiento, incluso podemos meditar sin darnos cuenta con esa paz que nos da el no tener que resolver ni pensar en nada.
Disfrutemos ese descanso bien merecido, démonos tiempo para recargar energías, todos lo merecemos.
El mensaje de productividad y de que siempre tenemos que hacer algo es otra etiqueta más que el sistema nos ha pegado en nuestro cerebro, haciéndonos creer que si no somos productivos no somos valiosos.
Somos valiosos porque somos, no por lo que hacemos y lo que hacemos nos hace mejores personas, pero también lo que no hacemos.
Todo exceso es malo, ante todos estos pensamientos y situaciones confusas seamos fieles a nosotros mismos y no perderemos la perspectiva, hay tiempo para todo, hasta para un descanso reparador.
Después de la montaña rusa en la que viví mis dos últimos años agradezco el tener un momento de no preocuparme de nada, sé que hay cosas por hacer y hay deberes que empezarán mañana pero hoy voy a disfrutar del no hacer ni pensar en nada.
En ocasiones la vida no es del todo perfecta, la diferencia es que somos felices con lo que tenemos, es una realidad que no podemos tener todo lo que queremos en la vida pero también lo es que podemos querer lo que ya tenemos y disfrutarlo al máximo en vez de estar pensando cuando pase esto o aquello, seré feliz, cuando tenga esto o aquello podré descansar y ese algo puede no llegar en mucho tiempo impidiéndonos ver lo que sí tenemos a nuestro alrededor y lo afortunados que somos ahora.
Eso es todo mis queridos, les agradezco mil el que se den tiempo para acompañarme en este su casa y los espero la semana que viene con otra historia interesante.
Espero que en éstas horas que quedan de nuestro hermoso dominguito puedan descansar de todo, se puedan permitir el lujo de no hacer ni pensar en nada y que en la semana les vaya lo mejor posible.
Con amor
Marcia
4 de junio 2023
Me perderé en tus ojos una vez más
hasta que ya no sepa de mi,
nada habrá alrededor
más que esos hermosos ojos tuyos.
Me saciaré de ti,
tu aliento será mío una vez más
y en mis dedos grabaré
las fuertes curvas de tu cuerpo desnudo
para cuando no pueda tenerte más.
Voy a escuchar atentamente
ése acento grave de tu voz
y llegarán a mi corazón esas palabras suaves
llenando mi espíritu de felicidad.
Imprimiré en mi mente cada centímetro de ti
para el momento en que nunca más,
grabaré tu sonrisa en mi memoria
para recordarla cuando te hayas ido.
La forma de tu espalda que recorro con mis manos
tu nariz afilada, tu sonrisa gentil
esos ojos hermosos, tus manos fuertes
serán tesoros en mi mente algún día.
Sé que esto algún día acabará
por decisión mía, tuya, o del destino
pero en mi mente y en mi corazón
guardaré por siempre recuerdos de ti.
De lo que vivimos, de lo que tuvimos
lo que juntos creamos y nos hizo crecer
no hay espacio para lo que faltó
ni para evocar el error que nos hizo daño una vez.
Recordaré por siempre nuestras horas felices
cuando lágrimas de ternura brotaban de mi alma
cuando con tu corazón rozabas el mío
y nos volvíamos un solo ser.
La razón de no más no será importante
sólo esos recuerdos que guardo en mi ser
agradeceré por los tiempos felices
que hasta el último minuto junto a ti viví.
Marcia
28 de mayo 2023
Buenas tardes mis queridos, les saludo desde mi rincón favorito para escribir en esta tarde lluviosa y fresca de mayo, es maravillosa la tranquilidad que se respira en éste dominguito alegre de descanso.
El día de hoy hablaremos de la acumulación de sentimientos y pensamientos en nuestro interior.
¿Cuántos sentimientos acumulados pueden caber en un corazón?
Permítanme contarles una historia para ejemplificar esto:
Había una vez una mujer joven con un vacío en su corazón, ella trabajaba pero su trabajo no llenaba sus expectativas de crecimiento, realmente no estaba interesada en progresar profesionalmente y sentía ese trabajo como una carga.
De repente conoce a un señor, guapo, alto, ojos claros, exitoso en su negocio propio y veinte años mayor que ella y decide darse una oportunidad de compartir su vida a su lado y lo maravilloso de todo esto es que no tendría que trabajar porque él podría darle todo lo que necesitara y quisiera.
Al principio era maravilloso, ya sabes, regalos, salidas a lugares exóticos, cosas que sus ojos experimentaban por primera vez, quedó deslumbrada ante tanta generosidad y sobre todo se enamoró de la novedad.
Pero en una relación hay altas y bajas, en la historia de toda pareja llega el momento de calma en el que parece que nada maravilloso sucediera, en ese momento las maravillas flotan a nuestro alrededor pero no somos capaces de verlas debido a la efervescencia del momento anterior.
Sucede que al principio ese gran vacío parecía haberse llenado pero con la calma del día a día ella se dio cuenta de que el temido sentimiento de que algo hacía falta aparecía de nuevo con más intensidad que nunca, entonces decide llenar ese vacío desesperadamente comprando todo lo que se pueda comprar.
Cuando había dinero compraba ropa y cosas caras, cuando ya no lo había compraba de paca, pero siempre había algo nuevo, algo rojo, algo azul, algo de moda para llenar ese vacío tremendo que parecía crecer sin importar lo que sucediera alrededor.
¿Dónde estaba el verdadero problema? ¿Por qué había un abismo negro en su corazón que no se llenaba con nada?
Hasta éste momento de nuestra historia no lo sabemos, pero continuemos para ver el desenlace.
Empezaron a llegar los hijos, las responsabilidades crecieron y los años pasaron como un suspiro y ella seguía sufriendo y sufriendo y comprando y comprando, no tiraba nada, no regalaba nada, mucha ropa tenía aún la etiqueta puesta ¿cuál era la intención de acumular, guardar tantas y tantas cosas? Y ese maldito abismo que nunca se llenaba permanecía ahí, esperando el momento de verla vulnerable y desesperada aferrarse a una pieza de ropa nueva, aretes, maquillaje, zapatos y demás.
Pero nada lograba ese gran vacío llenar, no fue el marido, ni los hijos, ni la alegría de tener su propia familia, lo cual no era una alegría sino un suplicio, lleno de problemas y responsabilidades a su alrededor.
La alcoba que antes era para dos se convirtió en bodega para llenar el vacío, intentando ocultar su amarga relación la llenó de ropa, sombreros, zapatos, joyas y cuanta cosa llegaba a sus manos, al grado de que los montones de ropa llegaron al techo y con trabajos la puerta se podía abrir, ya no digamos caminar ahí, era imposible, pareciera que cada cosa nueva fuera simplemente aventada al techo de la habitación y aterrizaba en el gran montón de cosas, de sentimientos sin resolver, de dolor, de amargos recuerdos y pesadillas de su diario vivir.
En su garganta sentía el dolor, el hastío de su día a día, aquel hombre guapo y de ojos claros había envejecido ante sus ojos, ya no quería que la tocara, la relación se había acabado pero no tenía más opción que seguir con él, o al menos eso era lo que ella creía.
En su corazón había una gran confusión, ¿por qué me emociono con cualquier cosa, persona nueva que no pertenece a mi diario vivir y cuando la calma llega me pesan en el corazón? Y van a parar siempre al mismo lugar, a ese cuarto lleno de sentimientos sin resolver, de penas, de dolor, de cosas, ese cuarto que está a punto de explotar porque nada de ahí quiero sacar.
Con el tiempo se vio en la necesidad de trabajar y entró de mesera a un bar, por supuesto los problemas aumentaron, pues con el alcohol a la mano imagínense lo que ella hacía para llenar el vacío, ese abismo maldito que no se iba jamás y que nada de lo que hiciera podía llenar.
Por supuesto un día cambió un vicio por otro, era muy sutil, casi no se notaba, sólo los cercanos a ella lo sabían, que su consumo de alcohol no era responsable, exageró hasta más no poder controlarlo y se sentía más frágil, perdida y con más problemas que antes, y el cuarto lleno de cosas seguía ahí significando algo, significando mucho, significando todo.
Un día paró en un lugar de aquellos en donde no te dejan salir hasta que trabajas en tu persona para superar tus vicios y la historia continúa…
¿Cuántos sentimientos, cuánto dolor, cuántos recuerdos agradables o no pueden caber en un solo corazón?
¿Es saludable que guardemos todas y cada una de las experiencias y sentimientos que experimentamos o tal vez deberíamos ser más selectivos? ¿Por qué el lugar más preciado que es nuestro propio interior de repente lo tenemos lleno de basura que vamos acumulando con los años? ¿No será más sano limpiarlo de vez en cuando? Sacar esos recuerdos y sentimientos que nos hacen daño y dejarlos ir para siempre proponiéndonos empezar una nueva vida con conocimientos nuevos, ímpetus nuevos con ganas de no cometer los mismos errores y tener una historia diferente y mejor.
Cuando dejamos ir una prenda que no usamos para que alguien que la necesite pueda cubrirse, estamos creando no un vacío, sino un espacio libre en nuestro corazón para lo nuevo que viene y no tenemos porqué llenarnos de recuerdos y sentimientos de rencor, odio y frustración, ¿a quién le beneficia? ¿por qué no guardar sólo los sentimientos y recuerdos que evoquen lo bella que ha sido nuestra vida y las miles de bendiciones que experimentamos en el día a día?
Cuando dejamos ir un sentimiento que nos hace daño nos damos la oportunidad de respirar aire nuevo, le damos calma a nuestro espíritu y empezamos a sanar, así sentimiento tras sentimiento, uno a la vez, analizamos cada uno de ellos, como si fueran las prendas de ese cuarto lleno hasta el tope, uno a la vez, con calma, nos preguntamos el por qué aparecieron, por qué nos hicieron daño, por qué siguen ahí y qué podemos hacer para erradicarlos de una vez por todas.
Podemos hacerles hasta una ceremonia simbólica de despedida, uno a uno dejarlos ir, escribirlos en una hoja que luego quemaremos, que luego ahogaremos, que haremos añicos y tiraremos al viento para despedirlos de nuestra vida, de nuestro corazón, limpiando y sanando poco a poco nuestro preciado espíritu, nuestro amado interior.
Y cuando nos damos cuenta, somos felices con casi nada, no esperamos nada, todo lo que llega parece bueno y lo que no es bueno para nosotros lo desechamos de inmediato sin que se vuelva a llenar, manteniendo siempre limpio, en armonía ese nuestro amado corazón.
Eso es todo por hoy mis queridos y queridas lectores y lectoras, les agradezco mil por su constancia de cada semana y los espero la semana que viene con otra historia que nos haga reflexionar.
Espero que su fin de semana esté lleno de limpieza de todo aquello que no les sirva, que los esté frenando, que los haga sentir mal y que con los días puedan sentirse más liberados de toda esa carga, de esa amargura y más felices y listos para lo nuevo que viene, en fin, sin límites.
Con amor
Marcia
28 de mayo de 2023
Cuando era joven
quería lo que todos tenían
lo que al parecer de los demás era bueno
que se supone que me haría feliz por siempre.
Pero, ya sabes, a veces la vida te da más
disfrazado de menos y luego suelta a reír
cuando ve en nuestro semblante
nuestra expresión de incomprensión total.
Y así pasan los días, uno tras otro
y después nos damos cuenta
que en esos columpios, en esa resbaladilla
en ese regaño de mamá, estaba la vida.
Pero no era eso lo que yo buscaba,
al menos no en ese entonces,
yo quería ser libre, tomar mis propias decisiones
sin tener que pedir permiso a nadie.
Quería moldear mi vida
como a mi me pareciera correcto
¡oh! Pero todo tiene un precio
y lo tenía la libertad también.
En ese patio de juegos me sentía libre,
sin preocupaciones, al menos por unas horas
mi mente volaba en el juego sin esperar nada,
sólo el momento importaba, sólo el juego.
Los años pasaron y mi mente cambió
encontré la felicidad en esa carta adolescente
en ese primer beso inexperto y en la mano,
que torpemente me guió por un breve momento.
Y no importaba nada, más que ese beso
más que los ojos en los que me perdí un día
las palabras tan dulces e inocentes
que hablaban de sueños futuros sin fin.
Pero no era eso lo que buscaba,
me sentí lista para algo mejor,
más de adultos, decía yo
para un compromiso mayor en mi vida.
Y vino el matrimonio y con él los hijos
ya no tenía que pedir permiso a nadie
ya podía decidir mi propio camino
de la mano de mi ser amado.
Pero ¡cómo costaba! Todo era responsabilidad
los momentos de juegos quedaron lejanos
aquel primer beso no existía más
y la ausencia y la soledad empañaban mis sueños.
Aquellos que una vez fueran hermosos planes
ahora eran una carga, y muy pesada
mezclada con risas infantiles y bellos sucesos
con unas manitas que lo ensuciaban todo.
Y la vida se reía de mi incredulidad,
de mi risa entre lágrimas, sí,
era esto lo que buscaba, pero no así
no tan complejo, no tan difícil, no en soledad.
Un buen día decidí mi camino cambiar
ser realmente libre, atreverme a volar ya sin ti
acompañada sólo con esas manitas
que queriendo o no, siempre estaban conmigo.
Y no, tampoco era eso lo que buscaba
no era eso lo que hubiera querido
muchos años atrás, quedarme sola
con dos vidas nuevas por cuidar.
Sin embargo hice mi mejor esfuerzo
lo di todo en esos momentos de crecimiento
traté de poner el mejor ejemplo
y siempre mantenerlos inspirados y felices.
Y así pasaron muchos años felices
y ellos crecieron y, sin embargo
tampoco era eso lo que buscaba
sus salidas de los viernes y yo sola en casa.
Volverme invisible en todo momento
que los hombres de mi edad ya no me vieran
porque están con mujeres veinte años menores
haciendo esa vida que siempre busqué para mi.
Y hasta ahora la vida no para de reír
y me río con ella de mi ingenuidad
de saber que siempre buscaba tan poco
y que tuve mil veces lo que imaginé.
Ese patio de juegos, ese primer beso
esa pareja joven, esos niños que crecieron
me dieron mil y un veces lo que buscaba
y ahora viendo atrás agradezco a la vida
por todo lo que hasta ahora sigo viviendo.
Marcia
21 de mayo 2023
Buenas tardes mis queridos lectores, los saludo en éste dominguito entre lluviosito y caluroso desde mi rincón preferido para escribir.
Ya tenía rato que quería escribir sobre éste tema tan especial, que habla de cuando encontramos lo que buscamos en la vida, o no.
Me imagino la vida como una puerta cerrada con una mirilla, ya sabes, de ésas pequeñas que te permiten ver quién está tocando del otro lado y lo demás alrededor de esa persona aparece difuso, confuso, no alcanzamos a ver más allá.
Imaginemos ahora que así vamos por la vida, caminando entre sombras, sólo viendo a través de esa mirilla, si abriéramos la puerta podíamos ver todo en su justa dimensión y en colores vivos, pero no, la regla de la vida es siempre ver a través de la mirilla con la puerta cerrada y muchas veces por eso lo que esperamos de la vida es tan limitado como la visión que tenemos, nunca esperamos que la puerta se abra completamente, sólo nos imaginamos lo que sería con la escasa información que recibimos a través de esa mirilla, y con eso hacemos nuestros sueños, nuestros planes de vida, nuestros proyectos, ¡todo!.
Y lo imaginamos tan pequeño que cuando la vida de repente abre la puerta y nos da todo lo que conlleva esa decisión que tomamos, y lo vemos todo de golpe, de pronto nos vemos sorprendidos con tantas bellezas que no sabemos hacia dónde mirar y en vez de mirar a nuestro alrededor lo que está sucediendo y disfrutarlo plenamente, volvemos, por una fuerte costumbre a mirar por la mirilla, a ver qué hay más allá, qué nos depara el futuro, qué de bueno nos traerá la vida, porque tal vez lo que tenemos en ese momento no es lo suficientemente bueno, no es de la manera como lo soñamos.
A veces se nos pasan los años esperando que las cosas sucedan como las imaginamos detrás de esa puerta, de repente llegan momentos de claridad en los que nos damos cuenta de que ya estamos del otro lado de la puerta, disfrutando esa vida en su justa dimensión, ni más ni menos y en todo su esplendor y eso nos hace felices, porque no era lo que buscábamos, ¡era mucho más! Era más grande, más brillante, más viva, más feliz.
Empezamos a aprender que si esperamos de la vida siempre vamos a estar desilusionados porque cualquier cosa puede salir no mal, sino diferente a lo que esperábamos y eso nos arruina la experiencia, el no esperar nada, ni bueno ni malo, en cambio, nos da mayor felicidad futura puesto que lo que venga, sea como sea será satisfactorio, ya que desde un principio no esperábamos nada.
¡Ahhhhhh! Pero ¡qué difícil es no esperar nada! Sentirnos tan poco importantes y no merecedores de nada, situarnos en la nada y con nadie, sólo nosotros y el presente, el ahora y al contrario ¡que satisfactorio es cuando recibo el uno por ciento, el tres por ciento, el cinco por ciento de esa nada que esperaba!.
Porque, digo, puedo sentir que merezco ser amado, tener una pareja a la que le importe mi felicidad, unos hijos que me idolatren como madre, un trabajo bien remunerado, puedo sentir que merezco tener sueños realizados, que merezco vivir cómodamente y no preocuparme por dinero.
¿Y qué pasa si la vida no me da algo de eso que siento que merezco? En primer lugar ¿por qué siento que lo merezco? ¿Por pertenecer al universo? ¿Porque soy, como me han dicho lo más bello de la creación? ¿Por ser? ¿Qué he hecho para merecer algo?¿Qué sucedería si no nos creyéramos merecedores de nada?
Todo lo que lográramos, por pequeño que fuera sería grandioso y disfrutaríamos de cada segundo de ese suceso.
Yo no hice nada para merecer ese patio de juegos, ese primer beso, esa pareja inexperta que creció conmigo, esos hijos que compartieron su vida conmigo, esos amigos que me han querido como soy a lo largo de mi vida, no hice nada para merecerlos, sólo fui, sólo soy, y la puerta se abre sola de vez en cuando permitiéndome tener a manos llenas la felicidad que me da el disfrutar lo que vivo ahora y que no merezco.
Podemos vivir un sinfín de experiencias nuevas, un sinfín de aventuras, el cielo es el límite, pero a veces el límite que no podemos traspasar está en nuestra mente y en nuestro corazón, a veces estamos en medio del suceso maravilloso y simplemente no lo podemos ver, tal vez no es nuestro momento, no sé, es a veces confuso.
Eso es todo por hoy mis queridos, espero que lo que queda de este fin de semana sea súper descansado para ustedes y que tengan una semana muy productiva.
Les deseo que lo que venga a su vida no sea lo que hayan buscado, sino mucho más que eso y que lo puedan notar y disfrutar.
Y les agradezco por hacer éste sueño realidad cada fin de semana, los espero la semana que viene con otra historia que nos haga pensar y sentir.
Con amor
Marcia
21 de mayo de 2023