Pensamientos y sentimientos
Por: Marcia Fragoso

Juliooooo!! Por fin llegó la segunda mitad de nuestro camino llamado año.
Espero lo mejor de la vida para ustedes en este precioso mes de verano.
Besos a todos

Tercera edad

Quiero saber todo sobre mí

y tomar mis propias decisiones

ahora que todavía estoy lúcid@

quiero que respetes siempre mi libertad.

 

El regalo de la vida es mío y de nadie más

sólo yo tengo derecho de decidir qué quiero hacer

necesito saberlo todo para poder decidir

me es preciso tu apoyo también y tu comprensión.

 

Soy la misma persona que fui hace años

la que te vió nacer y la que te cuidó al crecer

aprendí a soltarte poco a poco mientras madurabas

aprendí a confiar que podías decidir sobre tu vida.

 

Ahora mi historia es distinta

mi cuerpo está envejeciendo

y aunque no lo quisiera, tengo limitaciones

y necesito tu ayuda.

 

Me debato entre dos aguas

por un lado mi independencia y mi autorespeto

y por otro lado mi necesidad de apoyo

para poder sobrevivir.

 

A pesar de que mi cuerpo ya no responde como antes

por dentro soy la misma persona

que siempre te protegió

y todavía atesoro nuestros momentos junt@s.

 

Mi vida es maravilosa porque ustedes están en ella

aunque tengo que ceder debido al paso del tiempo

he perdido mi independencia, en ocasiones mi dignidad

he tenido que aceptar tu apoyo porque no me queda opción.

 

No, no entiendas que no me gusta compartir mi vida contigo

es sólo que extraño a veces lo que en mi juventud tenía

la vejez te quita cosas y la vida te las repone a veces

pero aprendemos a ser felices con lo que tenemos.

 

Si somos afortunados llegamos bien a viejos

a todos en un momento el desenlace ha de alcanzar

sólo te pido que platiquemos para que sepas lo que quiero

y cuando llegue el momento puedas decidir por mí.

 

Te pido ante todo, apoyes mi decisión

ahora que todavía puedo saber lo que quiero

piensa que el tiempo que hemos de pasar junt@s

quiero que sea en mi mejor condición.

 

Cada etapa de mi vida la viví intensamente

y no quiero que ésta sea una excepción

a pesar de que ya no puedo hacer lo mismo que antes

quiero ser feliz, al igual que lo quieres tú.

 

Tengo mucho que dar aunque me tome más tiempo

tengo historias que contar, recuerdos que compartir

mi corazón está lleno de amor para dar

sólo toma mi mano y vamos junt@s hasta el final.

 

Marcia

21 de agosto 2022

Día del abuelo

Buenos días mis queridos lectores, en este dominguito fresco de mañana desde mi rincón preferido para escribir los saludo.

¡Qué lluvia la de ayer!, limpió todo y nos trajo un clima bastante agradable de ciclón, el ciclón pasó por otro lado pero en la Ciudad de México recibimos sólo la orillita de su paso.

El día de hoy vamos a hablar sobre los abuelos, sobre el ser abuelo y el tener un abuelo.

En mi punto de vista, dependiendo de la etapa que estemos viviendo en nuestra vida puede ser diferente la manera como veamos a nuestros abuelitos.

Cuando somos pequeños los vemos como héroes inquebrantables que nos dan amor incondicional y nos cuentas historias maravillosas de un mundo que ya no vemos en la actualidad.

Compartimos nuestro tiempo con ellos escuchando sus historias sin cansarnos, nos enseñan cómo ellos ven la vida y nos maravillamos con todo lo que saben, desde cómo cocinar, cuidar la casa hasta cómo piensan y hacen las cosas, tan diferente de nuestros papás.

Conforme vamos creciendo nos vamos formando nuestra idea de cómo vamos a vivir y vamos tomando nuestras propias decisiones hasta el punto en que somos independientes y hacemos nuestra propia vida.

Entonces cada quien por su lado empieza a dar forma a su vida a su manera y pasan los años hasta que de repente el cuerpo de nuestros abuelos ya no responde igual y empezamos a ver en ellos la severidad del paso del tiempo.

Empieza muy sutil, a lo mejor de repente una llantita por aquí, una arruguita que no se va por allá, los vemos que caminan más lento y que tal vez ya no pueden jugar con nosotros o incluso con nuestros hijos como antes, ahora hay que darles el brazo para que se apoyen al caminar.

Hasta que de repente nos damos cuenta de que nuestro abuelit@ cayó en la enfermedad y que generalmente esto es irreversible y en ocasiones nos enteramos que llevaban años luchando con una enfermedad que para nosotros era desconocida.

Y poco a poco la vida empieza su retroceso, ese ser antes líder, antes independiente debe aceptar la guía y las decisiones de otros que lo quieren ayudar, cuando mejor le va.

Y digo cuando mejor le va porque a veces, dependiendo de su condición es necesario que tenga un cuidado especializado las 24 horas del día y tal vez ahí los familiares si cuentan con recursos económicos deciden dejarl@ en un asilo para personas de la tercera edad, en mi punto de vista en estos lugares puede que sí reciban una atención especializada pero no quita el hecho de que viven con desconocidos que sólo los tratan bien porque están recibiendo un pago pero no necesariamente porque los amen.

¿Dónde empieza la responsabilidad y dónde termina el amor?

¿En qué momento nos vemos en la necesidad de tomar esa decisiones tan crudas que rompen nuestro corazón y cambian drásticamente tanto nuestra vida como la de nuestros abuelitos?

Cuando tenemos una situación de este tipo consideramos todas las opciones, el hecho de que cuidar a una persona enferma afecta la vida de toda la familia, pero también es un hecho que mientras más seamos para encarar esta enfermedad nos podemos repartir el peso entre varios y puede ser una experiencia de amor y unión contra la adversidad.

Hay decisiones cruciales que pueden afectar la vida de nuestros abuelitos y nuestra propia vida y después en ocasiones viene el remordimiento por lo que pudo ser.

Un abuel@ es una persona que está al final de su vida porque así es la naturaleza, pero es todavía una persona completa, que puede tomar sus propias decisiones y merece todo nuestro respeto.

Respeto por el papel que aún tiene en nuestra vida, por lo que hizo en su vida, por su integridad y por sus decisiones.

La vida es un regalo que cada quien tiene y cada quien tiene derecho de decidir cómo quiere terminar sus días y los demás sólo hemos de apoyar y respetar esa decisión que siempre es individual.

¿Por qué celebramos el día del abuelo?

Para darnos cuenta de que la belleza no sólo está en la juventud, que todas las etapas son importantes en la vida y que a pesar de nuestras limitaciones todavía tenemos mucho que dar como abuelos y mucho que recibir de nuestros abuelos.

Para concientizarnos sobre la vida misma y la manera como la vemos, cuando somos niños tenemos derecho a que alguien nos cuide mientras crecemos, luego llegamos a la edad independiente en la cual no necesitamos de nadie para nuestras funciones vitales y después llega una etapa en que nuevamente necesitamos de ayuda de nuestros seres queridos a veces hasta para las funciones más básicas de nuestra existencia.

En toda sociedad las personas más vulnerables son nuestros niños y después nuestros abuelitos y en la manera en que los cuidamos y respetamos se reflejan nuestros valores como sociedad.

Existen casos de abandono tanto en niños como en abuelos, en los abuelos podemos ver casos de despojo incluso y luego abandono, eso habla de la calidad de personas y de sociedad que somos.

El día del abuelo nos ayuda a concientizar las diferentes etapas de la vida del ser humano y que todas merecen respeto y ayuda.

El hecho de ayudar a los que más lo necesitan nos fortalece y nos cambia la vida, nos hace mejores personas.

¿Qué tan importantes son nuestros abuelitos en nuestra vida?

¿Cómo nos gustaría que nos trataran cuando llegáramos a viejos? ¿Qué tipo de familias y de sociedad estamos formando?

¿Con qué valores?

¿Les estamos dando el ejemplo para que ellos al crecer se ocupen de los ancianos?

Todos, si bien nos va, llegaremos a viejos ¿Cómo quisiéramos llegar y con quién nos gustaría contar en caso de necesidad?

El momento de construir esos lazos familiares es ahora que aún tenemos fuerzas.

Eso es todo mis queridos, les deseo un domingo tranquilo en el que puedan descansar y valorar a cada miembro de su familia dependiendo de la etapa de vida en que se encuentre y que encontremos la belleza en cada etapa.

Deseo que encuentren su felicidad hasta en lo más básico y sencillo de su día a día y que disfruten ya sea solos o con sus seres queridos.

Los espero la semana que viene con otra historia que nos haga reflexionar.

Con amor

Marcia

21 de agosto de 2022

 
 
 
 

Jonathan, mi coach, mi amigo

Era una mañana temprano de primavera, dada la pelea de la noche anterior ese día tenía la certeza de que mi vida iba a cambiar definitivamente, ya se veía venir desde hacía muchos años, sin embargo siempre había tenido miedo del inminente final sobre todo por mis hijos, esos pequeños de 13 y 8 años que aún necesitaban a sus dos padres, no quería lastimarlos y por ellos estaba dispuesta a todo, incluso a vivir una mentira.

Pero una promesa es una promesa y una de las dos cosas que me prometí pasó, así que tenía que actuar en consecuencia para que las cosas no fueran más graves en un futuro, para todos.

Tal vez mis hijos no me entenderían, tal vez me odiarían por tomar esta definitiva decisión, no sabía qué iba a pasar, tenía miedo, no era la primera vez que me iba de casa pero esta vez era para siempre.

Así que de la mano de buenas amigas finalmente pude encontrar un lugar nuevo donde vivir, un lugar tranquilo, espacioso, algo viejo pero funcional para mí, mis dos hijos, mis pájaros y mi perrita salchicha Nala.

En mi corazón había un sentimiento de fracaso, en ese momento pensaba que no fui capaz de mantener vivo mi matrimonio, la llama, ya sabes, el interés de tu marido en esto; pero un matrimonio es cosa de dos y ni modo los dos lo dejamos perder y pues ahí estaba el resultado.

Además tenía una gran tristeza, mucho miedo, rabia y desesperanza, todo dentro de mí sólo esperando el momento justo para escapar de la manera que fuera y contra quien fuera.

Pero debía mantener la calma porque los demás no tenían la culpa de lo que me pasaba, los culpables sólo éramos dos y no podía tampoco ir arruinando mis relaciones con los demás por este asunto.

Así que me mantuve ocupada ¡y vaya que había mucho que hacer! Un cambio de casa no es fácil y menos un cambio de vida, temía por mis hijos ¿Qué tal si algo les pasaba bajo mi cuidado? No me lo iba a perdonar, ahora tendría que vivir sola con ellos sin una figura masculina que nos protegiera del exterior.

Y fue entonces cuando lo ví, un maestro joven de kick boxing, apenas tres años mayor que yo, en una pequeña escuela de más o menos 10 metros cuadrados, haciendo limpieza y arreglos a lo que sería su primera escuela.

Me acerqué a preguntarle de qué iba esta disciplina, por lo que había visto en las películas y en la WWE no era tan ajena al tema pero nunca me imaginé que ese podría ser un deporte para “gente normal” pensaba que sólo las personas a las que les gustaba la adrenalina y la violencia practicaban ese tipo de deportes.

Su personalidad fue amable desde el principio, más bien adorable, tenía don de gente, don de líder y tenía la juventud y la fuerza en ese momento para hacer lo que quisiera, me explicó pacientemente que el kick boxing te ayuda a sacar esos sentimientos escondidos que te mantienen prisioner@ de tus propias emociones que las personas que hacen este tipo de deportes, contrario a lo que se piensa son más pacíficas porque logran canalizar sus energías hacia algo más constructivo y como toda disciplina ayuda al organismo a estar sano.

Total que decidí locamente que ese era el deporte para nosotros y me animé a inscribirme junto con mis dos hijos.

Fuimos de sus primeros alumnos, con nosotros él empezó un camino que seguiría durante el resto de su vida y nosotros empezamos un camino que cambiaría nuestras vidas para siempre.

Nos enseñó a ser constantes en nuestros objetivos, a nunca dejarnos vencer, que a pesar de nuestras limitaciones siempre hay una forma de alcanzar tus metas con disciplina, a que podemos enfocar nuestras emociones de forma más positiva haciendo algo que nos beneficia y nos mantiene saludables y a que no hay obstáculo lo bastante grande o problema lo bastante difícil que no podamos resolver.

A los niños siempre les decía que estudiaran, obedecieran a sus padres, que fueran buenas personas; no sólo era un maestro de una disciplina deportiva, era un coach de vida para muchos y él lo sabía, sabía que tocaba la vida de las personas y sabía la importancia de lo que hacía, por eso lo hacía con mucho cuidado, sin irse al lado del ego crecido ni de la avaricia, como les sucede a muchos.

Con el tiempo pasé de ver la cara de mi antes amado en el costal en el que pegaba a ver simplemente un costal y con ello vino la paz a mi corazón, todos esos sentimientos confundidos se fueron aplacando poco a poco y la valentía crecía, me dí cuenta de que a pesar de ser una mujer sola con dos niños era joven, tenía buena salud, era libre y podía hacer lo que quisiera, el cielo era el límite.

El gimnasio de Jonathan también creció con el tiempo, pues los alumnos ya no cabían en aquella primera escuela así que decidió rentar un local nuevo a unos metros de donde estaba el primero del doble de tamaño, fue para él un época muy próspera.

Con él conocimos un mundo completamente nuevo, fuimos testigos de las grandes personas que practican este deporte como “La Pulga” por ejemplo: una pequeña joven de Tepito que con tal entrega, astucia y técnica ejecutó su pelea que nos motivó a ponernos de pie al final para ovacionarla.

Él era bipolar pero nunca lo hubiéramos notado si no nos hubiera dicho, decía que tomaba sus medicamentos y que el deporte le ayudaba mucho a mantenerse estable y sobre todo lo que siempre atesoró como lo más preciado en su vida fue el amor de su amada Zule y de su hijastra Mariana quienes complementaron su vida y lo ayudaron a superar su enfermedad.

Tantas historias tan variadas, tantas vidas cambiadas y tantos estudiantes que pasaron por ese gimnasio tan querido para muchos.

Fuimos constantes durante seis años que se pasaron como agua y con ello forjamos lazos que nunca se romperán con Jonathan, Zule y Mariana, formábamos parte de su vida y ellos de la nuestra, nos volvimos hermanos de la vida.

Pasaron los años, parece mentira que de eso hace ya 16 años, a muchos nos cambió la vida pero siempre encontrábamos el tiempo para frecuentar el gimnasio aunque sea para saludar al coach y a su amada familia.

Hasta que un día la semana pasada llegó un anuncio lamentable en Facebook, Jonathan había muerto y lo iban a velar en el gimnasio que fue por tantos años el segundo hogar de muchos.

Sufría de dolores de cabeza que nadie supo descifrar hasta que un día ya no despertó y nos dejó con el corazón roto y deseando para él ese gran descanso que se ganó con su pelea de tantos años por vivir una buena vida.

Su vida fue maravillosa, excepcional, tocó los corazones de cientos de personas y encontró en su vocación la manera de dejar trascendencia en este mundo, fue parte de la vida de muchos y nos ayudó con lo que tenía a la mano: una disciplina deportiva, sus enseñanzas de vida y su gran corazón.

Deseamos que estés en un lugar mejor Jonathan, te extrañaremos mucho y te agradecemos por tus enseñanzas pero sobre todo por tu amistad que siempre nos ofreciste de brazos abiertos y a manos llenas.

Descanse en paz Jonathan, ese gran hombre, mi coach, mi amigo.

Con toda cariño escribo esta historia para Zule y Mariana, no están solas chicas, todos estamos con ustedes y no hay problema demasiado grande ni complejo que juntos no podamos resolver.

Esto es todo mis queridos, les agradezco mucho su constancia de esta semana, tal vez la muerte es un tema que no nos gusta, a mí sobre todo no me gusta escribir sobre las pérdidas de personas tan valiosas en mi vida pero ¡Hey! No podemos dejar pasar sin recordar la maravillosa vida en este caso de Jonathan, vidas que nos inspiran, que nos enseñan y que nos motivan a aspirar ser la mejor versión de nosotros mismos.

Espero que este domingo disfruten la vida y puedan descubrir cómo su vocación los puede llevar a su propia grandeza, tal vez suene muy profundo pero hay grandeza en todos nosotros, sólo es cuestión de encontrarla.

Los espero la semana que viene con otra historia que nos enseñe y nos haga reflexionar.

Con amor

Marcia

14 de agosto de 2022

 
 
 
 
¡Gracias!

¡Gracias!

Gracias a la vida

Después de tantas obligaciones que me llegaron de pronto

del cambio tan vertiginoso que hubo en mi vida

después del huracán, del caos, de la desesperanza

vuelve a reinar la paz, aunque sea un poco.

 

La vida es así, a veces la corriente no nos favorece

y aún así hay que seguir de frente con alegría

porque: ¿qué más nos queda? Sino ser valientes

ante un panorama desolador e incierto.

 

Caminar y caminar, sin dejar de confiar

en que las cosas mejorarán, en que no estamos solos

tal vez no todos nos entiendan pero si pedimos ayuda

siempre habrá alguien que nos tienda la mano.

 

Siento como las cosas se reacomodan en mi día a día

tal vez de una forma muy diferente a como estaban antes

pero esta forma me va gustando, me voy acostumbrando

tal vez no estaremos los mismos tampoco.

 

A los que se fueron los llevamos para siempre en el corazón

y les agradecemos por diferentes cosas

por su previsión, por dejarse ver tal como son

y nos hicieran más fácil la toma de decisiones.

 

Soy la misma pero diferente, tengo el mismo trabajo

el mismo horario tal vez pero mis expectativas cambiaron

acorde con la nueva situación de mi vida

¡No pienso dejar ir esta oportunidad de cambio!.

 

No sé que habrá del otro lado pero ya no tengo miedo

tal vez no esté preparada para lo que me espera

no importa ya, lo resolveremos paso a paso

y digo resolveremos porque no me siento sola.

 

No como antes, en que tu partida me devastó

en que sentía medio corazón latiendo

ahora es diferente, te digo adiós con calma

y agradeciendo nuestros buenos momentos juntos.

 

Mi pasado ya no ensombrecerá mi futuro

ahora puedo ver la diferencia entre vivir de mis recuerdos

y trabajar por un futuro próspero y feliz

sin tener que enfocarme en los detalles dolorosos.

 

Sin culpas, sin resentimientos, sin imaginarme

qué estás pensando y sintiendo ahora

eso ya no importa, ya estamos separados

y lo importante para mí es lo que pienso y siento yo.

 

Y me siento amada por las personas que importan,

que gracias a la vida aún tengo a mi lado

lo peor de esta historia ya pasó y se llevó el dolor

ahora en su lugar hay esperanza y reconstrucción.

 

Gracias a la vida porque nos unió un tiempo

fuimos tarde de verano y ahora ya no más

se queda lo bueno y lo bonito que viví contigo

no hay resentimientos, sólo agradecimiento.

 

Gracias por tu tiempo, por lo que sentías por mí

gracias por amarme, por tu generosidad

te llevo en mi corazón para siempre

y ahora viviré mi suceso maravilloso.

 

Marcia

7 de agosto de 2022

Cuando la solución nos alcanza

Buenos días mis queridos, espero que su domingo esté empezando de la mejor manera como el mío, les escribo en este día nubladito y pacífico desde mi rincón preferido para estar con ustedes.

Este poema se puede decir que salió casi de la nada, fluído, cada palabra de lo que escribo la siento profundamente y refleja claramente los dos duelos que estoy pasando, razón por la cual de repente es un poco confuso de leer, a veces se siente como triste y otras esperanzador.

Después de la prueba viene la esperanza

Definitivamente de acuerdo, no podía estar en la prueba en la que estuve por siempre, sabía que tenía que terminar de una forma u otra, lo que importó no fue el desenlace, sino el trayecto, estar siempre firmes y reconociendo a cada paso tanto nuestras debilidades como nuestras fortalezas.

Lo que nos hace valientes es recordar lo que hacemos bien.

Eso me llevo, no el recuento de culpas y errores, sino el recuento de los momentos atinados y felices.

No sé porqué antes te extrañaba tanto.

Antes sufría demasiado por desamor, por soledad, porque las cosas no resultaron como yo las imaginaba, quería el final de cuento, ya sabes, casarnos, vivir juntos pero ¿saben? Ahora comprendo que lo de casarnos y eso no se realizó porque realmente no es mi máximo; amé mi vida como era: Dividida en dos, una parte con mis hijos en mi casa y una parte con el ser amado cada que venía una vez mes, ambas partes muy diferentes e independientes la una de la otra.

El amor que viví no cambió las vidas de mis hijos y eso me encanta, no soy una persona cuyo máximo interés sea el matrimonio, al menos no por ahora y me doy cuenta de que las cosas pasaron y terminaron como yo quería y estoy conforme con el resultado, por eso ya no extraño tanto, simplemente agradezco los buenos momentos y abrazo mi etapa de soledad y disfrutarme a mí misma y a los que todavía están conmigo que por cierto son los amores de mi vida: mis hijos.

Ya no veo el vaso medio vacío sino medio lleno, agradezco por lo que tengo y no por lo que me queda, porque no veo lo que tengo como restos de lo que alguna vez algo fue, sino como tesoros que siempre tuve por separado.

Veo claramente ese 70 – 30 del que les hablaba años atrás, ahora perdí mi 30% pero me queda el 70% y día a día ese 70% crece y me llena, sí, ya no siento el mismo vacío de antes, estoy tranquila y feliz.

Lo importante es qué hacemos con el resultado.

Eso también importa, en qué nos enfocamos cuando termina todo ¿en el dolor de lo que pasó o en la reconstrucción?

Podemos seguir adelante sin culpa, con perdón, sabiendo que somos imperfectos pero no del todo desatinados, siempre hay una mezcla de aciertos y errores y generalmente son más aciertos que errores, sólo que no los contabilizamos.

Podemos aprovechar la solución para seguir llorando y sufriendo o para cambiar nuestra vida.

Ahora tengo parte de la solución y ya empecé con ese cambio, empecé a resolver con entusiasmo sabiendo que había mucho por hacer, sin rendirme, ahora quiero agradecer día a día a mi mamá por su previsión que ha cambiado nuestras vidas para bien y recordarla con cariño por siempre.

Tal vez al final de las cosas quedamos decaídos y lo único que queremos es descansar antes de empezar a reconstruír lo que queda de esa devastadora experiencia, mientras más tardemos más tarde vamos a llegar a una solución y el proceso será más doloroso, la clave es hacer algo cada día para acercarnos poco a poco a esa meta tan deseada poniendo nuestro cansancio y desgano de lado, al final los pequeños logros nos dan el entusiasmo que necesitamos para salir adelante.

Y la clave final: pedir ayuda a los que saben; súper importante no hacer las cosas solos y rodearnos de expertos para todo así el proceso será más rápido y amigable.

En fin que agradezco a la vida por las bondades que nos ha dado y porque aún estamos aquí para vivirla al máximo con toda la esperanza y entusiasmo y viviendo parte de este maravilloso momento de calma que estábamos esperando meses atrás.

Son muy evidentes los momentos de tristeza y también deberían serlo los de alegría, el hecho de que tengamos alegrías no tiene por qué ser motivo de culpa, seguimos viviendo y podemos ser felices cada día y disfrutar al máximo las buenas rachas también, reconociendo lo positivo que nos da la vida y nuestros seres queridos.

Los momentos de tristeza nos unen, nos retan y nos enseñan y los de alegría muchas veces los podemos pasar de largo sin apreciarlos tanto porque tal vez no aprendamos tanto de ellos, son tan importantes porque nos enseñan a disfrutar lo que tenemos y simplemente a ser felices sin importar lo que sucede alrededor.

¿Qué evento es más significativo para ti? ¿El de tristeza o el de alegría?

Eso es todo por hoy mis queridos lectores, agradezco infinitamente su compañía de cada semana en este su blog.

Espero que en su fin de semana sean felices sin razón aparente, sólo porque sí y disfruten mil ya sea solos o con sus seres queridos.

Los espero en esta su casa la semana que viene con otra historia interesante.

Por cierto, ya les puse el formulario de contacto para que me den sus opiniones y sugieran temas de los que les gustaría que escribiera; espero sus comentarios para hacer este su blog más nuestro. 

Con amor

Marcia

7 de agosto de 2022

 
 
 
 
Mi amor por ti es una rosa perenne

Mi amor por ti es una rosa perenne

Mi amor por ti

No puedo hundirme en la tristeza

porque ya no estás conmigo

ya hice eso antes y no resultó como hubiera querido

estuve en un ciclo dañino que no tenía fin.

 

Centrarme en lo negativo

culparme por cada pequeña cosa

sin poder perdonarme

no me dio el resultado esperado.

 

¿Cuál es el beneficio de sentir lástima por uno mismo?

¿y de recordar una y otra vez sucesos negativos?

¿A quién venera uno con eso?

¿Por qué tendría que estar triste indefinidamente?

 

Yo agradezco lo que la vida me dio contigo

lo atesoro en mis recuerdos

cuando pienso en ti, los buenos momentos regresan

y te recuerdo con una sonrisa en mi rostro.

 

El que no te llore, no significa que te ame menos

es sólo que decidí voltear hacia recuerdos más memorables

decidí perdonarme a mí mism@ y seguir adelante

contigo en mi corazón y en mis pensamientos.

 

Decidí venerar tu recuerdo con nuestros buenos momentos

y atesorar lo que me diste, las veces que sonreías

y las veces que en tu rostro podía ver tu amor por mí

decidí dejar de culparme por todo y empezar de nuevo.

 

Mi amor por ti es una rosa perenne

que nunca morirá, es un recuerdo hermoso

de nuestros momentos junt@s

es alegría en mi corazón por haberte tenido conmigo.

 

Por supuesto hubo momentos horribles

que a veces vienen a mi mente

hay veces que el remordimiento y el vacío

inundan mi corazón.

 

Esos momentos los sufro, los lloro

y después sigo adelante

con el buen recuerdo de ti en mi mente

y con el amor que siento por ti en mi corazón.

 

Marcia

31 de julio

La diferencia está en mi actitud

La diferencia está en mi actitud

No eres tú, soy yo

Buenas tardes mi queridos, en esta tardecita tranquila de domingo desde mi rincón preferido para escribir, los saludo.

Durante la semana una plática casual detonó el tema del cual estamos hablando hoy: el duelo.

El duelo sucede cuando ya no tenemos a un ser querido o tenemos cambios que afectan dramáticamente nuestra vida.

Hay varias etapas en todo duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Como es de ustedes sabido, en los meses pasados enfrenté dos duelos en mi vida de personas que eran muy queridas para mi y que cambiaron drásticamente mi manera de vivir.

Aquí el tema es que el tiempo de sufrimiento y llanto pasó sorprendentemente rápido, aún para mí misma, fue entonces que me pregunté: ¿Cuál fue la diferencia entre éstos y mis duelos anteriores? ¿Será que a estas personitas no las quería tanto?

Todo duelo es difícil pero nuestra actitud frente al duelo sí que cuenta.

¿En qué queremos poner nuestra atención al momento de un duelo? ¿En lo que más nos hace daño o en lo que más nos reconforta?

¿Por qué a veces nos centramos en lo que más nos hace daño y le damos vueltas una y otra vez?

En mi caso en duelos anteriores el sentimiento de culpa y el no perdonarme me hizo estar atorada en el proceso de duelo por años; por supuesto al pasar de los años me dí cuenta que no obtuve nada positivo de esa manera de pensar.

Diciéndolo crudamente: en mi primera vez mi ser querido ya se había ido y el hecho de culparme y tratarme mal no lo iba a hacer regresar ni iba a ayudarlo en su siguiente etapa.

Lastimarnos a nosotros mismos es lo más inútil durante un duelo.

¿Qué tanto me quiero y me cuido en esta etapa de duelo?

Esto, en mi caso marcó la diferencia, el antes lleno de sufrimiento y el ahora lleno de perdón y de ganas de salir adelante con nuevos bríos.

La actitud que tengamos hacia nosotros mismos es vital durante un duelo, tal vez cometimos algunos errores con el ser que perdimos, bueno, todos cometemos errores, no conozco a nadie que no se equivoque nunca.

Tal vez no fuimos ni los más pacientes o los más atinados pero el hecho de centrarnos en nuestros defectos no ayuda a nadie y sí nos arruina un día tras otro.

¿Qué pasa si en vez de estar recordándonos lo que podríamos haber hecho diferente nos centráramos en lo que hicimos bien?

Cuando nos centramos en lo que hicimos bien y con buenas intenciones podemos alcanzar ese perdón tan deseado y finalmente la paz, la aceptación de lo que sucedió y podemos seguir adelante.

La diferencia entre mi duelo anterior y los de ahora no fue el amor que siento por mis seres queridos, es el amor que siento por mí misma y cómo lo manifiesto.

Porque claro, es muy fácil decir que me amo y a la menor oportunidad lastimarme como si fuera mi peor enemig@.

El ejercer el amor y el perdón hacia uno mismo requiere práctica y abrir los ojos.

Abrir los ojos hacia las veces que nos estamos haciendo daño, hacia los ciclos viciosos en que sentimos lástima por nosotros mismos y nos quedamos en la depresión dando vuelta una y otra vez a nuestros propios errores y magnificando las “consecuencias” culpándonos continuamente y terminando con la frase “no sirvo para….”

No sirvo para vivir en pareja

No sirvo para cuidar a mis seres queridos

No sirvo para mantener una pareja interesada en mi

No sirvo para tener un buen trabajo

No sirvo para los nuevos retos

No sirvo para ganar en la vida

No sirvo, no sirvo, no sirvo… ¡qué pesado! ¿no?

 

¿Te ha pasado? ¿Puede realmente ser uno tan malo?

La decisión es de cada quién y el resultado también.

 

Eso es todo mis queridos, les agradezco mil su constancia de cada semana en esta su casa y deseo para ustedes una vida de ensueño en la cual el sueño se haga realidad y esa realidad los haga felices día con día.

Disfruten lo que queda del dominguito y sean felices, pues para eso estamos aquí.

Los espero la semana que viene con otra historia interesante.

Con amor

Marcia

31 de julio 2022

Había una vez una vida

El Metrobús me queda a dos cuadras de mi casa, mis hijos antes renegaban de la construcción pero es una realidad que nos ha conectado muy fácilmente a diversos destinos y más rápido que llevar el coche debido al tráfico de la gente que se dirige a su lugar de trabajo.

Decidí descansar de manejar esta mañana, me dirijo a la aseguradora a pedir informes del seguro de vida de mi mamá que recientemente falleció.

Viendo los requisitos me vino a la mente el tema del blog del día de hoy:

Historia clínica

¿Realmente somos lo que nuestra historia dice de nosotros?

¿Por qué para algunas personas somos solamente una serie de datos y síntomas?

¿Qué es lo que se queda de nosotros después de que partimos y a quién se le queda?

Todos lo sabemos antes de irnos por las experiencias que tenemos con las personas que se van y nadie lo sabe de sí mismo.

¿Qué es lo queremos dejar? Si es que queremos dejar algo y ¿a quién se lo queremos dejar?

Y es ahí cuando se me ocurrió este cuento:

Historia de una vida

Porque ¿qué mejor que hablar de la vida de esa persona y no de sus múltiples achaques?

Qué mejor que decir lo que nos deja en el corazón, sus enseñanzas, lo que le gustaba hacer y lo que recordamos.

Había una vez una persona, recién nacida, pequeña, que nace en el seno de una familia pobre en un pequeño pueblo de tierra caliente.

Un lugar donde la ley es la del machete, donde todo el mundo habla gritando y donde la gente se siente orgullosa de ser como es: pésele a quien le pese.

Lleno de gente orgullosa y segura de sí misma, para la que no hay un no por respuesta en la vida, gente educada en el trabajo diario y en el esfuerzo para llegar a ser alguien importante.

Gente a la cual su origen humilde no les da para abajo, al contrario, es un punto de partida para crecer.

Esta persona de la que hablamos disfrutaba desde niña de los amaneceres tempranos, con la música que creaban las vacas, las gallinas, los burros cuando estornudaban y las cabras como fondo y por supuesto no podía faltar el gallo cantor que a las cinco de la mañana en punto ya estaba anunciando la llegada de un nuevo día.

A la heroína de nuestro cuento le gusta levantarse temprano para ayudar en la ordeña de las vacas y recolectar huevos de las gallinas para desayunar.

Las hermanas mayores eran las encargadas de hacer los quehaceres de la casa y preparar a los más pequeños el desayuno para ir todos juntos a la escuela.

Total que la vida pasaba y todos fueron creciendo poco a poco, entre idas a la presa a nadar, a la feria que venía cada año al pueblo, entre fiestas de cumpleaños, aniversarios, funerales y demás se fue yendo la niñez y llegó la tan ansiada juventud para la familia.

Luego un giro del destino, tan repentino, tan crucial, cambió la vida de esa apacible familia e hizo que las dos hijas mayores se tuvieran que venir a la ciudad de México, quedándose en el pueblo sólo los más pequeños, que por cierto ya no eran tan pequeños, así que tuvieron que ayudar a mamá a los quehaceres, ya que ella trabajaba y echarle muchas ganas al estudio si querían salir algún día del pueblo con la frente en alto.

Antes era muy normal, el esfuerzo te traía resultados, no había tanto desempleo como ahora y como consecuencia uno tenía seguro que si se esforzaba podría en un futuro tener una buena vida.

Ya con los años las dos hijas mayores se establecieron en la Ciudad de México e invitaron a mamá y a los menores a vivir con ellas en la capital, haciéndose cargo nuevamente de los demás hermanos.

Antes también era muy común que los hermanos mayores ayudaban a los papás a pagar los estudios de los hermanos más pequeños, mientras los papás proveían todo en casa, en este caso sólo era mamá la que proveía con ayuda de las dos hermanas mayores y fue así que todos pudieron salir adelante, crecer y tener aunque fuera una carrera técnica para defenderse en la vida.

Nuestra heroína quería soñar, tener su propia vida, claro que no quería separarse de su familia, siempre fue una personita muy de familia, siempre preocupada por los demás, siempre cuídándolos como de niña la cuidaron a ella, pero quería su propia vida ¿sabes? Un esposo muy guapo por quien enloquecer y entregar todo y unos hijos hermosos que serían la culminación romántica a sus sueños de amor.

Soñaba con el hombre ideal, aquel que la respetara, que la quisiera como ella es, que le diera todo lo que necesitara y que también quisiera tener una familia, su propio palacio donde él sería el rey de su vida y ella la reina de su corazón, con dos hermosos hijos que fueran la alegría de su día a día.

Entre soñando y despertando en la realidad nuestra personita terminó sus estudios y estaba lista para empezar a trabajar como una flamante secretaria, en ese entonces ser secretaria era muy importante y bien pagado en México, había que hacer escritos a máquina manual para todo, aprendían taquigrafía para tomar dictado con símbolos, para que mientras el jefe hablara no tuviera que detenerse en lo que la secretaria escribía.

También aprendían mecanografía practicando una y mil veces poniendo cada dedo en la tecla que le corresponde, si se equivocaban no podían borrar, tenían que repetir toda la página hasta que aquello resultara perfecto, hacían cientos de ejercicios, cientos de hojas llenas de gramálogos y de textos escritos a máquina y muchas materias más para salir bien preparados, listos para la vida profesional.

Total que se graduó con muy buenas calificaciones, pues le encantaba el comercio, que era como se le decía en ese entonces a la carrera secretarial, ahora extinta.

Ya le andaba por buscar trabajo y poder ayudar a su familia cuando un pequeño giro se atraviesa en su camino sin esperarlo ¿quieren adivinar? Era una mujer ya de 18 años morena, súper cuerpo, muy guapa y muy sexi y pasó lo que tenía que pasar.

Llegó por fin el príncipe azul durante tantos años esperado, ohhh era muy guapo y alto, su tez era blanca como la leche y tenía unos hermosos ojos verde con miel y unas pestañas muy largas que hacían desfallecer a cualquier joven que se quisiera sumergir en ellos.

Y sucedió lo imaginado dentro de esta historia, él se fijó en ella, esa mujer autoritaria, sexi y súper segura de sí misma, orgullosa de su origen y de su esfuerzo diario por ser una persona mejor y por supuesto, alcanzar su sueño.

Total que estos dos tortolitos se enamoraron locamente y decidieron vivir una vida juntos, antes no era como ahora, tenían que casarse si querían estar juntos, así que fueron a decirles a sus familias que querían compartir sus vidas por siempre, esto no fue muy bien recibido que digamos por la familia de él, ya que las clases sociales y el racismo son siempre perennes y como hoy, antes a las morenitas sin importar qué tan sexis y guapas fueran, las familias de blanquitos no las querían como las futuras mamás de sus nietos.

Así que los papás de él hicieron todo lo que pudieron por separarlos, pero el amor de ellos era tan grande y tan fuerte que contra viento y marea insistieron y se casaron y ¡cómo no! Aquella mujer hermosa, joven y autoritaria tenía que tener a su príncipe azul y ¡tenía que tenerlo ahora!.

Hicieron una hermosa familia juntos y el cuento se estaba volviendo realidad pero como en todo, la desgracia siempre viene y luego se va y así se la pasa jugando con nosotros.

Un buen día él conoce a otra morena de fuego y no quiere ceder a la tentación, ese encuentro casual en un autobús un día cualquiera se convierte con el tiempo en una relación con seis hijos y un matrimonio sumamente dañado con nuestra heroína que desconsolada sentía que el mundo se caía a sus pies, que todo por lo que había luchado y que había soñado durante tantos años se perdía irremediablemente por la amenaza de otro amor.

Trató de recuperarlo, pero era demasiado tarde, así que decidió empezar de nuevo, sin él, con lo poco que le quedaba y continuar con su sueño de ser una excelente secretaria, como le habían enseñado en la escuela.

Con el tiempo, digamos como muchos años, las heridas fueron sanando y nuestra personita encontró gusto en su nueva libertad, ya no tenía que pedir permiso ni rendir cuentas a nadie, era la reina, tenía su propio reino y sin un rey que la dirigiera podía hacer absolutamente todo lo que quería, tenía un trabajo, una casa, sus hijos, todo lo que había querido, excepto por “el”.

Durante ese tiempo se dedicó a consentirse, viajó, conoció muchos lugares, estudió muchos cursos, tantos como su cerebro le permitía, nunca dejaba de estudiar y de aprender cosas nuevas, hizo muchos amigos de todas las edades, a muchos los conoció cuando eran unos niñitos y los enseñó a leer y cuando crecieron la tenían en gran estima.

Total que los años pasaron y la juventud se fue yendo poco a poco y con ella vinieron los recuerdos, miles de ellos, miles de amistades, experiencias en el trabajo, algunos amores y el continuo amor de sus hijos y de sus ahora nietos.

Tuvo todo lo que deseó y muchas cosas más, vivió una excelente vida.

¿Qué si era diabética e hipertensa? Perdón, creo que me desvié del tema ¿verdad?

Fin

Eso es todo mis queridos, espero que les haya gustado este mi segundo cuento y que lo hayan disfrutado, algunas partes son ficción y otras realidad, me gustaría que cuando contamos la historia de una persona la contáramos así, en vez de contar los múltiples achaques que nos aquejan y las múltiples causas de nuestra muerte.

Espero que en su fin de semana sean muy felices felices como lombrices y que sus seres queridos recuerden de ustedes siempre lo que ustedes quieren dejarles de recuerdo.

Los espero la semana que viene con otra historia que nos haga sentir y pensar.

Con amor

Marcia

3 de julio de 2022